EDITORIAL
Lleida, el urbanismo que viene
El ayuntamiento de Lleida presentó ayer el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) de cara a los próximos 15 años, un diseño del inmediato futuro de la capital del Segrià que quiere ser una hoja de ruta de cómo afronta la ciudad los retos inmediatos, desde la movilidad a la construcción, el comercio, la industria y, sobre y ante todo, el bienestar y progreso de sus habitantes. En primer lugar, hace bien la Paeria en circunscribir el crecimiento urbanístico de viviendas en las áreas ya programadas y en las cuales existen muchos planes para edificar, algunos de los cuales se vieron frenados por la crisis y el parón de la construcción. Si se quiere promover nuevas áreas residenciales, los impulsores tendrán la obligación de apostar al mismo tiempo por la rehabilitación del centro histórico, una de las asignaturas por aprobar. Muchas son las actuaciones promovidas para el núcleo antiguo desde que Lleida se abrió al río con la canalización y al turó de la Seu con mejoras en diversos ámbitos. Pero no todas las iniciativas tomadas se han consumado con éxito y sin duda su integración en el corazón histórico es prioritaria y más ahora que el Parador aporta un plus de promoción. También resulta loable que el consistorio prime el desarrollo del plan de la estación a nivel comercial, donde se prevé un área de 50.000 metros cuadrados, sin olvidar las grandes superficies ya en marcha en la trama urbana. Una ciudad en crecimiento y con muchas poblaciones medianas y pequeñas que la tienen como referencia precisa y demanda nuevas y mayores zonas de compras de varios sectores, pero bajo ningún concepto puede olvidar las tiendas del centro ni el comercio de proximidad, que estimulan muchos sectores económicos, sobre todo hostelería y ocio. Por eso es vital que la mejora de Ferran vaya acompañada de este complejo en la estación. Otro tema crucial para el bienestar de los ciudadanos es la movilidad, la falta de aparcamiento y el exceso de coches, que agobia a los vecinos, y una ciudad moderna precisa de un transporte público de primer nivel. El proyecto presentado ayer para utilizar las vías del tren para que un operador pueda dar servicio de tranvía a toda la ciudad y polígonos es una idea ambiciosa que sin duda podría ayudar a hacer más sostenible la movilidad y más confortable y fácil el movimiento urbano de los ciudadanos. Evidentemente del papel a la realidad hay un trecho pero es un punto de partida.