EDITORIAL
Un problema inaplazable
El pasado lunes ya se movilizaron grupos de pensionistas en Lleida y diversas localidades indignados por la constante pérdida de poder adquisitivo, cifrado en 2.100 euros de media en los últimos diez años porque la actualización de las pensiones lleva años por debajo de la tasa de inflación. Los pensionistas se van empobreciendo cada año, la Seguridad Social lleva años con déficit, 18.000 millones el año que hemos cerrado, porque con la crisis han bajado las cotizaciones y han subido las prestaciones, el fondo de reserva se ha agotado y la previsión es que para 2045 habrá en España el doble de pensionistas, con lo cual está en peligro el mismo sistema si no se toman medidas estructurales. Llevamos meses escuchando a expertos que exigen medidas, a economistas liberales que recomiendan incentivar los fondos privados y a políticos de todos los colores lanzar globos sonda, pero la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo que estudia la reforma de la Seguridad Social lleva un año de retraso y no hay consenso sobre si hay que llegar a la financiación vía presupuestaria, si se puede crear un nuevo impuesto para financiar las pensiones o si se tiene que reducir el gasto. Mientras no hacen nada, las pensiones se devalúan y el último globo sonda ha sido la propuesta de la ministra Báñez de que los futuros jubilados puedan elegir los 25 años que quieran para el cómputo de su pensión y que no sean los últimos de su vida laboral como sucede hasta ahora. Es una forma de minimizar el impacto de la congelación salarial, de los periodos de paro o de los despidos provocados por la crisis, pero también puede ser el primer paso para que se quiera contabilizar toda la vida laboral, cálculo que podría traducirse en una disminución de las pensiones porque los primeros años en el mercado de trabajo suelen ser los de menos remuneración, y en consecuencia menor cotización. Teniendo en cuenta los problemas de los jóvenes para encontrar un primer empleo y el elevadísimo nivel de precariedad, este cambio que puede beneficiar a los jubilados a corto plazo, sería funesto para los más jóvenes. Hay que afrontar el problema de forma inmediata porque cada año se deteriora más si no se adoptan medidas y lo justo sería garantizar unos mínimos dignos para todos, aplicando después unos baremos según los niveles y los años de cotización sin tener que depender de los caprichos o el electoralismo del gobierno de turno.