Seguridad para los rurales

Mañana se cumple un año del trágico asesinato de dos agentes rurales a manos de un cazador sin licencia en Aspa y es momento de rendir homenaje a David Iglesias y a Xavier Ribas, los dos agentes muertos en acto de servicio, pero también de repasar si se han corregido las deficiencias de seguridad y se han cumplido las promesas hechas en el acto de homenaje presidido por el President Carles Puigdemont unos días más tarde. Y los mismos agentes se quejan de que no se han implementado las medidas de seguridad prometidas que incluían cursos de formación y material complementario como chalecos antibalas, defensas extensibles o esposas. La formación no se ha hecho para todos y según denuncian los sindicatos, de las 175 horas prometidas, solo se han impartido 24 y a la mitad de la plantilla, los chalecos no han llegado todavía y desde la conselleria se culpa a la aplicación del artículo 155 y la paralización de la Generalitat, pero los agentes se sienten inseguros y las familias de las víctimas se consideran desatendidas hasta el punto de que han emprendido nuevas acciones judiciales. La estadística de agresiones sufridas por los agentes rurales en los últimos años es más que preocupante con una media de dos cada año y los mismos sindicatos admiten que, sin la seguridad adecuada, optan por no hacer inspecciones y de hecho han bajado un 25 por ciento en el último año tras el crimen de Aspa. Los Rurales hacen una labor necesaria de protección de la naturaleza y de control de posibles actividades delictivas y necesitan las medidas de seguridad necesarias para evitar sobre todo que se vuelvan a repetir crímenes como el sucedido en Aspa hace un año. Sin autocrítica El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, compareció ante el Senado para explicar el despliegue policial en Catalunya sin mostrar el menor atisbo de autocrítica. El operativo costó la friolera de 87 millones de euros y solo sirvió para dar una imagen de violencia y represión. No pudo impedir el voto de dos millones de catalanes, dejó un reguero de heridos y aún dice que la actuación fue profesional.