EDITORIAL
El Mobile como escaparate político
El plante del presidente del Parlament, Roger Torrent, de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y de tres altos cargos de la Generalitat a la recepción oficial del rey Felipe VI marcó ayer la apertura del Mobile World Congress. Los protagonistas argumentan que el rey no ha tenido ningún gesto hacia las personas que sufrieron las cargas policiales del 1-O y destacan la situación de excepcionalidad que vive Catalunya, con líderes políticos en prisión preventiva, otros en el extranjero, y la intervención del autogobierno. El plante institucional estuvo acompañado de concentraciones y caceroladas contra el monarca en Barcelona y varias ciudades. El objetivo: hacer visible la situación anómala que vive Catalunya aprovechando un evento que centra la atención mundial. Por su parte, el Gobierno central y los partidos constitucionalistas afirman que esta acción solo es una irresponsabilidad que pone en peligro la continuidad de Barcelona como sede de un certamen que genera un impacto económico de unos 465 millones de euros, ya que los organizadores podrían optar por trasladarlo a otro país debido a la falta de unidad institucional, aunque el plante se limitó a la recepción del rey y no a la inauguración oficial del Mobile. Habrá que ver cuál es la repercusión internacional de esta iniciativa, pero el desacuerdo político, por muy grande que sea, no debe ser incompatible con una actuación conjunta en favor de que el Mobile siga en Barcelona. Deporte y política El técnico del Manchester City, Pep Guardiola, portó ayer de nuevo el lazo amarillo para pedir la libertad de los independentistas catalanes encarcelados a pesar del expediente que le ha abierto la Federación Inglesa aduciendo que difunde un mensaje político en partidos oficiales. Más allá de lo que opine cada uno, es incongruente que mandatarios del fútbol abran un expediente por un pequeño lazo que no supone un menosprecio para nadie mientras los desmanes de aficionados ultras siguen a la orden del día y gobiernos de todos los colores y de todos los países hacen suyos los éxitos de sus equipos o selecciones en competiciones internacionales.