Pensionistas indignados

La marea de pensionistas sacude España y ayer los de Lleida se concentraron en la plaza Sant Joan para quemar las notificaciones del gobierno de que la revalorización para este año es de un mísero 0,25 por ciento, con lo cual volverán a perder poder adquisitivo. La indignación va creciendo porque las respuestas del Gobierno a la dilapidación del fondo de reserva, al déficit de la Seguridad Social y al empobrecimiento de los pensionistas rozan lo ridículo como la propuesta de Montoro de una ayuda fiscal en el IRPF para los mayores de 80 años, olvidando que solo beneficiaría a la minoría que más cobra porque la mayoría está exento del impuesto al no llegar a los 12.000 euros anuales, o lo cínico como el gobernador del Banco de España sugiriendo que los jubilados se vendan su casa como forma de complementar sus rentas. Prefieren ignorar que la pensión media en Lleida apenas alcanza los 817 euros al mes, por debajo de la media estatal que está en 932 euros y que la tendencia es a la baja porque ya han descartado actualizarlas en función del incremento del coste de la vida. El problema no es exclusivo de los pensionistas sino de toda la sociedad porque de mantenerse las actuales políticas una pensión que ahora es de mil euros quedaría reducida en 2050 a 400 algo que colocará directamente en el umbral de pobreza a quienes tengan que sobrevivir con una pensión pública. Rajoy se limita a decir que quiere subirlas, pero no puede porque no hay recursos, pero sí consiguió los más de 60.000 millones de euros que costó el rescate bancario y ahora no tiene 1.600 millones de euros que supondría un incremento de las pensiones en un 1,6%. Se equivocan quienes hablan de sostenibilidad del sistema porque estamos hablando de un derecho adquirido durante toda una vida de trabajo que debe ser garantizado por cualquier gobierno porque es una cuestión prioritaria y básica. Agresión injustificable Las imágenes del video en que un urbano golpea y patea a un joven hablan por sí solas y representan una agresión injustificable aunque hubiera otra previa de la víctima al agente. La respuesta era llevarle ante el juez sin golpes ni ensañamiento.