EDITORIAL
Decepcionante
El pleno monográfico sobre pensiones que se celebró ayer en el Congreso de los Diputados acabó como empezó: sin soluciones y con muchas elucubraciones sobre el coste de las pensiones, la evolución demográfica y los problemas presupuestarios. De poco han servido las manifestaciones de jubilados y a lo máximo que llegó Rajoy es a vincular la mejora de las pensiones más bajas a la aprobación de los presupuestos del 2018, recordando que el gasto en pensiones se lleva el 40 por ciento del gasto del gobierno central y que ha subido en ocho puntos en los últimos diez años. Al margen del tono chantajista a sus potenciales apoyos en los presupuestos, Ciudadanos y PNV, vinculando su decisión a la mejora de las pensiones más bajas, la intervención de Rajoy no afronta el meollo del problema puntual, la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas, ni el estructural, el déficit de la Seguridad Social y la falta de capacidad al haber dilapidado el fondo de reserva. Ante un problema grave, que ya ha movilizado a miles de jubilados, el presidente del Gobierno echa balones fuera y lo vincula a la aprobación de los presupuestos anuales y lo que es peor confunde criterios de sostenibilidad con el respeto a unos derechos. Las pensiones dignas están reconocidas por la Constitución y avaladas por años de cotización de los trabajadores y si el Gobierno tiene problemas presupuestarios su obligación es reducir otras partidas y dar prioridad a las que son inexcusables. Para el rescate bancario con dinero público no tuvo tantos reparos. Un ejemplo de superación Ha muerto a los 76 años Stephen Hawking, el científico más popular y el divulgador más brillante. Se le pueden reconocer muchos méritos en la combinación de la teoría de la relatividad y la física cuántica, en sus estudios sobre el Big Bang o en sus aportaciones sobre los agujeros negros, pero por encima de todo hay que destacar su espíritu de superación, su vitalismo, su capacidad de superar la esclerosis lateral amiotrófica que le diagnosticaron a los 22 años. Aunque los médicos le dieron dos años de vida, le ha dado tiempo a iluminarnos y hasta a divertirnos.