SEGRE

Creado:

Actualizado:

Ayer se cumplían treinta años de una fecha histórica para las dos comarcas más pequeñas: l’Alta Ribagorça y el Pla d’Urgell, que consiguieron su reconocimiento oficial en el Parlament de Catalunya un año después de que se aprobara la división comarcal que mantenía el modelo republicano de Pau Vila. En el primer mapa, los tres municipios ribagorzanos quedaban incluidos en el Pallars Jussà, mientras que los del Pla se repartían entre Les Garrigues, el Segrià, la Noguera y el Urgell, pero desde el primer momento en que se planteó la división comarcal, surgieron reivindicaciones en las dos comarcas que aspiraban a un reconocimiento, porque había elementos históricos, sociológicos y económicos comunes que definían una identidad propia y además una voluntad política de crear su propia comarca. Las reivindicaciones fueron escuchadas y un año después se aprobaba por unanimidad en el Parlament el reconocimiento como comarcas de l’Alta Ribagorça, el Pla d’Urgell y también el Pla de l’Estany en Girona. Y treinta años después hay que destacar que el mapa se ha consolidado, que las comarcas se han configurado como unos entes que resultan útiles para los ciudadanos, que prestan servicios a los ayuntamientos, que se ha fraguado una identidad comarcal entre la ciudadanía, que están capacitadas para asumir nuevas competencias y es indiscutible su mantenimiento y su futuro en cualquier articulación territorial que se diseñe en el futuro para Catalunya con la pendiente instauración de las vegueries. Debate vergonzoso El abominable asesinato del niño Gabriel ha propiciado un lamentable espectáculo en algunos platós televisivos que obliga a preguntarse por cómo entienden algunos la ética periodística y también un vergonzoso debate en el Congreso sobre la derogación de la prisión permanente revisable con los padres de víctimas en la tribuna y algunos partidos utilizando su dolor para conseguir sus objetivos. No es bueno plantear estos debates después de un crimen tan execrable, ni confundir la justicia con la venganza, ni pensar que endureciendo las penas habrá menos crímenes.

tracking