El delirio de Trump

La decisión unilateral de Donald Trump de romper el acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 empieza a tener consecuencias con enfrentamientos directos entre Israel e Irán en tierras sirias con acusaciones cruzadas de haberse lanzado misiles sobre sus posiciones y un balance de una veintena de muertos, según el observatorio sirio de derechos humanos. La tensión ha vuelto a Oriente Próximo con la decisión de Trump y el petróleo ha subido de nuevo hasta alcanzar los niveles de hace cuatro años, convirtiéndose en una nueva amenaza para la recuperación económica. Con el acuerdo ahora denunciado por Trump, que se negoció durante doce años, se consiguió frenar la carrera armamentista en la zona, se consiguió implicar a todas las potencias mundiales, EEUU, China, Rusia y la UE, con Irán en el control armamentista, en la no proliferación nuclear y en la distensión en la zona, y hasta ahora el régimen iraní ha cumplido con todas sus obligaciones, según ha acreditado la Agencia Internacional para la Energía Atómica, encargada de verificar el cumplimiento del acuerdo. Indagar sobre las razones de Trump para romper el acuerdo es tan complicado como definir su política exterior que tan pronto apuesta por la distensión en Asia con los acuerdos con Corea del Norte como por romper la baraja en Oriente Próximo, pero algunos expertos explican que lo único malo que tenía el acuerdo nuclear es que había sido impulsado por Obama y sí parece haberse convertido en guía de la política de Trump acabar con cualquier legado de su antecesor. Si a esto añadimos que Arabia Saudí, que encabeza el bloque antiiraní de los países árabes, y sobre todo Israel han aplaudido la ruptura, se puede entender la decisión y las primeras consecuencias: petróleo más caro y más hostilidades en Siria, pero también indignación iraní, en cuyo parlamento volvió a desatarse la furia antiamericana, más desconfianza desde Rusia o China que no aceptarán la hegemonía que propugna Trump y más incertidumbre para los países de la Unión Europea, que ven cómo su teórico aliado les deja tirados con esta ruptura unilateral pese a todas las mediaciones posibles. Además las empresas europeas que han invertido en Irán quedan desamparadas y se multiplica la tensión a las puertas del continente porque la guerra en Oriente Próximo está más cerca. Como decía ayer un analista, con Trump el mundo va a necesitar mucha suerte.