EDITORIAL
Educación contra la violencia machista
Veinte víctimas mortales en lo que va de año y 314 en los seis anteriores ejercicios. Este es el desolador balance de los crímenes machistas en España, una lacra que parece muy lejos de poder ser erradicada a pesar de los grandes avances que se han registrado en las últimas décadas en la igualdad entre hombres y mujeres. La semana pasada fueron asesinadas tres mujeres en solo 48 horas. El último caso, el de una mujer de la localidad onubense de Lepe de solo 24 años, ilustra la falta de medios para hacer efectivas las disposiciones judiciales en materia de violencia de género. El autor del crimen, que era su marido, tenía vigente una orden de alejamiento de la mujer desde el pasado mes, pero nadie le impidió que acudiera a su vivienda y la apuñalara hasta causarle la muerte. Es una circunstancia muy similar a la vivida en Lleida ciudad el pasado miércoles, cuando una mujer de 35 años fue acuchillada en plena calle por su expareja, que también tenía una orden de alejamiento, aunque por suerte las heridas no fueron mortales. Las dificultades para controlar estas órdenes, de las que en Lleida se han dictado 77 solo en el primer trimestre, son evidentes, por lo que hay que ver hasta qué punto pueden aprovecharse las nuevas tecnologías en forma de elementos localizadores de los condenados. No obstante, la principal vía para combatir la violencia de género a largo plazo debe ser la educación, entendida no solo como lo que los niños aprenden en la escuela, sino los valores que se transmiten en la familia, en los actos lúdicos y culturales o en cualquier otra actividad pública, así como también los que difunden los medios de comunicación. Solo así podrá conseguirse un avance sólido para minimizar esta lacra. Una reunión necesaria Pedro Sánchez y Quim Torra se verán hoy las caras en una reunión de la que no se esperan grandes acuerdos, a tenor de lo que ambos gobiernos han manifestado en los últimos días. En todo caso, este encuentro es un paso indispensable si de verdad ambas partes quieren buscar una solución política para el conflicto catalán.