EDITORIAL
La Justicia, de nuevo en entredicho
Los fallos de la Justicia a veces literalmente son eso: fallos como sinónimo de errores. Hemos tenido recientemente más de un ejemplo de decisiones judiciales difíciles de comprender, como por ejemplo buena parte de las que han hecho referencia a La Manada, y el viernes trascendió otra, el origen de la cual es del todo inadmisible e injustificable. Nos referimos a la condena del Tribunal Supremo al Estado español a pagar 600.000 euros a una mujer, Ángela González, por una negligencia judicial que acabó con el asesinato de su hija, de tan solo 7 años, a manos del padre de la pequeña y exmarido de la primera. Los hechos se remontan nada más y nada menos que a 15 años atrás, cuando un juzgado de la ciudad madrileña de Navalcarnero levantó el régimen de visitas vigiladas y permitió al hombre ver a su hija pese a las 47 denuncias por malos tratos que pesaban sobre él. Aprovechando este encuentro sin ninguna supervisión, asesinó a la pequeña y después se suicidó. Tras esta tragedia, Ángela González reclamó al Estado al considerar que la muerte de la pequeña se podía haber evitado si se hubiera mantenido el régimen de visitas con vigilancia. Pero ni el ministerio de Justicia, ni la Audiencia Nacional, ni el Supremo ni el Constitucional atendieron sus reclamaciones, por lo que la madre acudió a la ONU, organismo internacional que le dio amparo y concluyó que el Estado falló en sus obligaciones. Ahora, tras la condena y la indemnización establecida, Ángeles González considera que “por fin la Justicia me devuelve mi dignidad” y confía en que sirva para que la Justicia “no entregue nunca más a nuestros hijos e hijas a un padre maltratador”. Es admirable el tesón de la mujer, pero lo ideal hubiera sido no tener que llegar a estos extremos porque significaría que el sistema había funcionado, como por desgracia no ocurrió.El PP vira a la derechaCon la victoria de Pablo Casado frente a la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría, el Partido Popular parece retroceder en el tiempo con la alargada sombra de Aznar presente y recuperando el ideario de una derecha que parecía ya superada.