EDITORIAL
Hablar pese a las diferencias
Que una socialista española y un independentista catalán no estén de acuerdo en cuestiones como la convocatoria de un referéndum de autodeterminación, la situación de los políticos presos o su actitud frente a la Constitución entra dentro de lo lógico y razonable porque si pensaran lo mismo no militarían donde lo hacen. Pero es un primer paso, y es importante porque llevaban siete años sin hacerlo, que se sienten a hablar, que encuentren un foro donde exponer sus respectivas posturas y que si es posible encuentren puntos de acuerdo, primero en cuestiones más técnicas como los recursos planteados a leyes catalanas y que se vaya desbrozando el camino para acuerdos de más calado. La reunión de la comisión bilateral presidida por la ministra Meritxell Batet y el conseller Ernest Maragall es un primer paso porque abre una brecha en el muro que se había levantado con el gobierno de Rajoy entre Madrid y Catalunya y que había provocado que esta comisión no se hubiera reunido durante siete años a pesar de que el Estatut, aún vigente pese a que muchos lo olviden, marca que la comisión bilateral debe reunirse “al menos dos veces al año y siempre que lo pida una de las partes”.
La bilateral del miércoles sirvió para constatar las diferencias entre las dos partes, pero también para facilitar que se amplíen los periodos de vencimiento de la deuda de la Generalitat y que se pueda aumentar el déficit catalán, para reactivar otros órganos bilaterales, marcar un calendario para diversos compromisos sectoriales y para que Madrid se comprometa a retirar algunos recursos presentados contra leyes catalanas, como la de pobreza energética. ¿Es mucho o es poco? Cada cual ha hecho su valoración: Batet, más optimista, dice que se ha recuperado la normalidad institucional y que Pedro Sánchez tiene un proyecto para Catalunya, mientras que Maragall considera que mientras haya políticos presos, para nada se ha restablecido la normalidad añadiendo que el encuentro ha dado menos de lo que esperaba y que echaba en falta una clarificación del proyecto de Sánchez. Era previsible que no hubiera acuerdos en esta primera reunión, pero es importante que se recupere un instrumento de bilateralidad, reclamado desde Catalunya, y sobre todo que se hayan puesto de acuerdo para volverse a reunir.