SEGRE

Creado:

Actualizado:

Unos 50 familiares de víctimas recordaron ayer a sus seres queridos fallecidos en los atentados del 17-A, hace ahora un año, en un emotivo homenaje celebrado en Les Rambles de Barcelona. La marcha partió del ayuntamiento y llegó hasta el icónico paseo de la capital catalana por la calle Ferran. En torno a las 10 de la mañana las flores se fueron depositando en el mosaico de Joan Miró, el mismo punto en que Younes Abouyaaqoub detuvo la furgoneta con la que recorrió la arteria barcelonesa y atropelló indiscriminadamente a los transeúntes, dejando quince muertos y decenas de heridos. Centenares de personas se congregaron alrededor del perímetro establecido por las autoridades y el silencio reinó al llegar los familiares y allegados de las víctimas, visiblemente afectados y muy emocionados. Tras depositar las flores, los asistentes rompieron el silencio con un largo aplauso. Las víctimas subieron a un autobús de TMB encabezado con la frase “Barcelona, ciutat de pau” para desplazarse hasta la plaza Catalunya, donde asistieron a los actos conmemorativos, en este caso con la participación del rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, además del president del Govern, Quim Torra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, y el president del Parlament, Roger Torrent, y como habían pedido las víctimas, las personalidades políticas quedaron en un segundo plano. Con ellos se encontraba Laura Masvidal, esposa del exconseller de Interior, Joaquim Forn, como protesta por la ausencia de su marido, en la prisión de Lledoners. Representantes de cuerpos policiales y de servicios sanitarios y de emergencias también participaron y fueron homenajeados por su gran labor el 17-O. El acto de Les Rambles fue el más austero y conmovedor y el que mejor sintonizaba con la pretensión de que las víctimas y la ciudadanía fueran los protagonistas. Después, en la plaza Catalunya ya se escenificó la coyuntura de confrontación entre las instituciones del Estado y de la Generalitat pero los incidentes que hubo, entre pancartas, banderas, gritos, escupitajos y declaraciones, no empañaron el sentir de la ciudadanía de hacer una tregua en las disputas políticas para llorar a los muertos y reflexionar sobre la necesidad de luchar conjuntamente y para frenar la lacra del terrorismo yihadista. Una lección más del espíritu de paz de Catalunya.

tracking