EDITORIAL
La convivencia con el oso
Cuatro excursionistas franceses que hacían una ruta por la Val d’Aran fueron sorprendidos la mañana del martes 21 de agosto por la presencia de una osa y tres cachorros en un bosque de la zona de Montgarri.
Después de que la hembra madre se levantara sobre sus patas traseras y rugiera ante la presencia de uno de los jóvenes que iba más adelantado, este excursionista salió corriendo alejándose del grupo por miedo al animal, motivo por el cual sus compañeros decidieron pedir ayuda al servicio de emergencias de la Generalitat.
Todo acabó sin incidentes tras un despliegue de Mossos, Bomberos y Agentes Rurales y del Conselh, con helicópteros incluidos. El incidente es un capítulo más en la controvertida presencia de estos plantígrados en el Pirineo, tanto catalán como francés.
Es evidente que lo ideal sería la convivencia entre el oso pardo y los vecinos, ganaderos, turistas o personas en general que puedan vivir o disfrutar de las montañas de estas comarcas, pero la realidad no siempre responde a lo idóneo para la protección y pervivencia de esta especie y el prioritario bienestar de los habitantes de estos valles.
Por tanto, una vez más pedimos las preceptivas medidas de seguridad para que esta convivencia sea posible sin poner en riesgo a las personas ni a las economías ya bastante deficitarias del Pirineo. A vueltas con la migración Al menos 115 inmigrantes subsaharianos lograron ayer saltar la valla fronteriza que separa Ceuta de Marruecos en un día en el que se celebraba el Eid al-Adha, la pascua musulmana, que coincide con la peregrinación a la Meca.
La Guardia Civil informó en un mensaje en Twitter que durante el asalto masivo resultaron heridos leves siete agentes por quemaduras de ácido y cal viva. El desafío migratorio al que está intentando poner orden la Unión Europea solo se podrá solucionar a través de planes de cooperación con los países de origen y de tránsito y con un proyecto de gestión común, eficiente y humanitario de la migración.
Cualquier otro método, represivo o exclusivamente caritativo, está condenado al fracaso.