Justicia histórica

El Gobierno que preside Pedro Sánchez aprobó ayer, por fin y mediante real decreto, la exhumación y el traslado de los restos del dictador Francisco Franco, que ahora permanecen en el Valle de los Caídos, a un destino que elija su familia y, en caso contrario, será el ejecutivo el que determine dónde irá a parar el cuerpo de un personaje que hasta ahora ha reposado al lado de miles de víctimas de sus funestos 40 años ostentando el poder. Aunque tarde, se hará así justicia histórica y se reparará una situación totalmente inconcebible en otros países como Alemania o Italia, donde sería impensable que Hitler o Mussolini ocuparan un espacio honorífico al que sus seguidores, que por desgracia aún existen, pudieran rendirles tributo. Hace bien el Gobierno en anunciar que el traslado, que está previsto para antes de finales de año, se hará de forma discreta, una vez dé la luz verde necesaria el Congreso, para intentar evitar así incidentes, y sería bueno que algunos partidos de la oposición, concretamente PP y Ciudadanos, dieran su apoyo a esta asignatura pendiente de la historia reciente de España y se dejaran de excusas peregrinas, especialmente sobre asuntos burocráticos, para intentar poner trabas a la iniciativa. A estas alturas, es inconcebible que ningún demócrata de cualquier espacio de todo el espectro político pueda justificar que el dictador siga recibiendo algún tipo de honor y menos al lado de quienes perdieron la vida por su culpa. Cuarta asesinada en CatalunyaUna mujer de 35 años de Barcelona, que hasta el miércoles había recibido decenas de felicitaciones en las redes sociales tras anunciar días atrás su futura boda, se ha convertido en la cuarta víctima de la violencia machista en Catalunya tras ser asesinada a puñaladas por quien tenía que contraer matrimonio con ella, un joven de 27 años. Esta sangría, que en el caso de España ya alcanza la terrible cifra de 27 muertas, es un suma y sigue totalmente inasumible para una sociedad que se considera avanzada y progresista, aunque esta definición parece utópica si nos atenemos a las múltiples agresiones de las que son víctimas cada vez más mujeres.