EDITORIAL
Solidaridad e integración
La atención a niños migrantes que abandonan sus países en condiciones más que precarias, se arriesgan a embarcar en pateras y llegan solos a países desconocidos debería ser una prioridad en cualquier sociedad civilizada porque se trata de seres humanos, niños en muchos casos, que huyen de penurias y buscan un futuro mejor. El flujo cada año se multiplica, y según los datos de la Generalitat, la llegada de menores migrantes se ha triplicado en los últimos dos años y aunque los medios económicos disponibles siempre son limitados, hay que destacar que en Catalunya se está haciendo un notable esfuerzo para acogerlos con 109 centros habilitados para su acogida ubicados en una treintena de municipios con un total de 2.023 menores no acompañados que han sido atendidos. También es significativa la cifra de acogidos en Lleida con 211 menores que han sido instalados en trece centros de la provincia en el último año, como muestra de una solidaridad que no se acaba con el dato y que como se planteó en la última reunión de autonomías requiere un esfuerzo de planificación y una estrategia global para que todas las comunidades asuman esfuerzos similares, para que doten los recursos necesarios y paralelamente para que se prevean los flujos migratorios, se habiliten nuevas plazas y se gestione con los profesionales su atención y su integración. Porque la solidaridad no se acaba con acogerles en unos centros, sino que hay que tutelarles, facilitar su adaptación al país, darles una formación y procurar, si así lo desean, una integración en nuestra sociedad en unas condiciones dignas tras el sufrimiento padecido.Un horario inadecuadoLa queja planteada por la Federación de Asociaciones de Padres de Catalunya sobre el horario intensivo en la ESO, que provoca que los alumnos tengan que comer pasadas las tres de la tarde, e incluso a las cuatro en el caso de los alumnos de pueblo, ha encontrado respuesta positiva tanto en la conselleria de Enseñanza como en los sindicatos mayoritarios que consideran inadecuado el horario. La solución pasa por la reapertura de comedores que se cerraron por los recortes.