EDITORIAL
La polémica del oso
Al margen de consideraciones personales o políticas, parece evidente que la reintroducción del oso en el Pirineo ha generado división y controversia: los ganaderos del Pallars acusan a la Generalitat de actuar en el territorio como una fuerza de ocupación, el director general de Medi Natural dice que hay ganaderos que buscan tensión y que tendrán que acostumbrarse a convivir con el oso y, para rematar, los ecologistas también critican al gobierno catalán porque no ha favorecido la sensibilización sobre la reintroducción, reconociendo que “mucha gente sigue teniendo mala opinión sobre el oso”. Para completar el panorama, han traído un ejemplar conflictivo, Goiat, al que culpan del 30 por ciento de los daños causados, que primero tenía que ser expulsado y cuya captura queda ahora en suspenso, y de momento no se atisban las supuestas ventajas turísticas que iba a conllevar la introducción del oso. Y encima nos cuesta dinero porque la reintroducción estaba financiada por la Unión Europea con un programa de 2,4 millones de euros que finalizará en 2019 y, a partir de entonces, el gobierno catalán prevé destinar, cada año, medio millón de euros con cargo a sus presupuestos para el seguimiento de los osos y la protección de los rebaños. Llegados a este punto hay que preguntarse si no había otras prioridades en las comarcas del Pirineo más urgentes que la reintroducción del oso o por qué no se contó con la opinión del territorio antes de soltar los animales. Se ha creado un problema y ahora no se podrá contentar a todos. Menos aforados España es el país con 250.000 personas aforadas, es decir que por su cargo disponen de fuero especial y no son juzgados por tribunales ordinarios aunque sea por delitos al margen de su actuación política, y encabeza el ranking de países con más altos cargos que disponen de este privilegio. Su reducción ha sido una reivindicación regeneracionista que ayer asumió Pedro Sánchez proponiendo un cambio de la Constitución en 60 días. Y esto sí que llama la atención: para unos temas hay cambios rápidos y para otros la norma es intocable y las reformas imposibles.