Minimizar riesgos

Nada menos que 223 aludes y desprendimientos de roca o barro se han registrado en las comarcas pirenaicas catalanas, básicamente en las de Lleida, durante los últimos cuatro meses, según los datos de Protección Civil. El resultado ha sido accidentes graves como el que causó la muerte de los padres del alcalde de Sant Esteve de la Sarga o el corte de los accesos a pueblos como ha sucedido con la carretera de Port del Comte, que lleva diez días cerrada por dos aludes con el riesgo de que se produzcan más. Las causas hay que buscarlas tanto en la meteorología con cambios bruscos acompañados por lluvias torrenciales como las registradas en Port del Comte con 153 litros por metro cuadrado el pasado viernes, como en la especial geología de las comarcas prepirenaicas, inestable y con materiales sueltos. Y en cuanto a las soluciones, la primera es reclamar más inversión en estas carreteras para asentar el terreno y evitar los desprendimientos, pero el problema subsiguiente es que la mayoría de ayuntamientos no dispone de los recursos suficientes para afrontar los riesgos en sus términos municipales y que también las disponibilidades de la Diputación son limitadas. Es imprescindible la colaboración de los gobiernos catalán y español, porque estamos hablando de un problema de seguridad y accesibilidad que sin inversión en infraestructuras se agravará este invierno. Y desde un punto de vista técnico, los geólogos insisten en la necesidad de elaborar un mapa de riesgos y que se aplique a la planificación de infraestructuras, de forma que aunque no se acabe con el peligro potencial, algo imposible de garantizar, sí puedan minimizarse los riesgos existentes. Frivolidad y mala fe Desde la derecha española han frivolizado tanto la expresión de golpista que ya la aplican a todos los que no piensan como ellos y de tanto repetirlo como descalificación, acaban por creérselo. Ayer el presidente del PP, Pablo Casado, llamó golpista al presidente del Gobierno y ya revela mala fe porque intenta cuestionar la legitimidad de su elección y de su mismo mandato. Estan jugando con fuego.