EDITORIAL
Una huelga comprensible
El 77 por ciento de los médicos convocados a la huelga la secundaron según el sindicato mayoritario Metges de Catalunya, mientras que la conselleria de Salut reduce el seguimiento a un 44 por ciento, pero más allá de la habitual guerra de cifras, lo cierto es que los centros de asistencia primaria registraron el colapso habitual, que se volvieron a aplazar citas y que los usuarios mostraron su descontento. Es lo habitual durante los últimos años, después de que los recortes se centraran en la atención primaria hasta limitar la disponibilidad presupuestaria para asistencia primaria al 16,9 por ciento cuando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud son del 25 por ciento. El resultado de estos recortes es que los médicos han visto reducido su salario hasta en un 30 por ciento según los sindicatos, que las visitas asignadas a cada facultativo se han multiplicado hasta llegar, en algunos casos, a las 50 cuando lo recomendable es la mitad, que el tiempo dedicado a cada visita se va reduciendo con el consiguiente perjuicio para el paciente. Los médicos reclaman un mínimo de 12 minutos para las visitas presenciales y de seis minutos para las no presenciales, algo imposible de asumir si no se aumentan las plantillas y, sobre todo, si no se cubren las bajas que se van produciendo y el relato que publicamos del día a día de una médica de atención primaria de Tàrrega ilustra de una manera explícita el agobio con que tienen que ejercer su profesión los facultativos catalanes. Quienes salen perdiendo son los médicos, que no pueden dedicar tiempo a investigación y a atender correctamente a sus pacientes, también los usuarios de la sanidad, que tienen que esperar para ser atendidos y que luego son visitados con rapidez para aligerar las listas de espera y, sobre todo, la sanidad pública, de la que estamos orgullosos en Catalunya y que se ha ido deteriorando por culpa de los recortes. Los médicos han dicho basta porque están cansados de sacrificarse y las soluciones son básicamente presupuestarias: hacen falta más médicos y más medios, y habrá que reclamar, en primer lugar, más dotaciones presupuestarias y, si no hay recursos disponibles, habrá que establecer prioridades y gestionar las disponibilidades teniendo en cuenta que garantizar la asistencia primaria en la sanidad pública es fundamental y es una cuestión que trasciende el ámbito de la conselleria de Salud porque es un problema de país.