EDITORIAL
Año de nieves
Este año, la climatología ha jugado a favor, y las estaciones de esquí están batiendo récords en la fecha de apertura, en las pistas habilitadas, con 107 kilómetros en las instalaciones leridanas, y también en los grosores existentes, que aseguran una buena campaña. Ayer abrieron sus puertas Port Ainé y Espot, y también Cerler en el área de influencia de Lleida, y hoy lo harán Baqueira, Boí-Taüll y Port del Comte en un estreno de temporada que nunca había llegado tan pronto y con tanta nieve disponible. Hay que remontarse a hace diez años, a la temporada de 2008, para encontrar una apertura de temporada tan temprana, aunque entonces no afectó todas las estaciones como este año, ni tampoco había tanta superficie esquiable, y permite ser optimista de cara a la temporada que estrenamos porque una parte significativa de la venta de forfaits y también de ingresos se registra en el puente de la Purísima y las vacaciones navideñas, algo que marca los resultados de todo el año y que depende básicamente de la existencia de nieve. Para las comarcas de montaña, un buen año de nieve es el mejor motor económico porque los ingresos por esquí y turismo son una parte esencial de su Producto Interior Bruto y provocan el crecimiento del resto de sectores, como muestran los datos que publicamos ayer sobre el repunte de las licencias para construir viviendas que se ha duplicado en el último ejercicio o los datos del anuario económico del BBVA, que recogía un mayor crecimiento de las comarcas de montaña que las del llano. Que dure la nieve toda la temporada y que la puedan disfrutar miles de esquiadores. Acogida e integración Este año han llegado a Catalunya unos tres mil menores extranjeros no acompañados, el doble que el año pasado, y los servicios de ayuda a estos jóvenes están desbordados, hasta el punto de que según el teniente de alcalde Xavier Rodamilans algunos tienen que dormir en la calle por falta de atención. Hacen falta más recursos y todas las administraciones tienen que coordinarse para acogerles, pero la solidaridad no acaba allí, porque hay que trabajar para integrarles.