EDITORIAL
Dejadez ferroviaria
Que un servicio público de primera necesidad como es el ferroviario registre nada más y nada menos que 42 incidencias en menos de un año, la mayoría correspondientes a averías, significa que quienes deben velar por su buen funcionamiento evidencian una dejadez y una irresponsabilidad del todo inaceptables. Es fácil de adivinar que nos estamos refiriendo a la línea de Manresa, cuyos usuarios deben armarse de valor y paciencia porque utilizar este medio de transporte se ha convertido en una especie de deporte de aventura con un final sorpresivo en demasiadas ocasiones. Los alcaldes de los municipios por donde transcurre no dudan en calificarla de tercermundista y exigen por enésima vez su traspaso a la Generalitat. Y si no hubiera suficiente con las averías que se suceden de forma periódica, otra amenaza se cierne sobre este servicio. Así, según denunció el viernes Comisiones Obreras, diez de los 15 revisores que controlan los convoyes que circulan por Lleida han pedido el traslado. En el caso de que sean aceptadas sus peticiones, se pondría en riesgo el actual servicio ferroviario e imposibilitaría implantar un sistema de cercanías verdadero, con el aumento de frecuencias que ello requeriría. De todas formas, ya sea a través del traspaso de competencias o manteniendo la actual titularidad estatal, lo que queda meridianamente claro es la necesidad de aumentar las inversiones para mejorar esta línea que tendría que contribuir al reequilibrio territorial de zonas geográficas con comunicaciones precarias. Porque sus habitantes, y usuarios del tren, pagan los mismos impuestos que los de cualquier ciudadano y, por tanto, se merecen unos servicios que estén a la altura. La tecnología llega a L’Horta Los servicios de emergencia, carteros e incluso visitantes podrán encontrar con mucha más facilidad casas y partidas de L’Horta gracias a la aplicación de geolocalización que, después de años de espera, ha implantado la Paeria. Tras lograr esta vieja reivindicación, los vecinos esperan los taxis a la carta que se deben poner en marcha ya. En definitiva, dos iniciativas que harán más fácil vivir en L’Horta.