EDITORIAL
La prevención, el mejor tratamiento
A las puertas de la conmemoración mañana del Día Mundial contra el Cáncer, Madrid acogió esta semana la primera Cumbre Española contra esta enfermedad y, entre otras muchas valoraciones y conclusiones, los participantes recordaron que el mejor tratamiento es la prevención y, por supuesto, la detección precoz. El primero de los casos comporta sencillamente respetar unos hábitos de vida saludables, con la ingesta moderada de alcohol, olvidar el tabaco y seguir una dieta mediterránea, es decir sana y variada. La detección precoz es igualmente clave para evitar el avance de una enfermedad que, afortunadamente, ya no es siempre sinónimo de muerte, por lo que es necesario someterse a los cribajes periódicos de dolencias como las de mama o de colon a partir de una cierta edad. En este sentido, es meritorio que Lleida cuente con la Unidad del Consejo del Cáncer Familiar, que el año pasado chequeó a los miembros de más de 400 familias con predisposición genética a sufrir algún tipo de tumor.
Pero tan importante es la prevención como es el hecho de disponer de las terapias adecuadas desde el primer momento en que se detecta la enfermedad. Así, nos tenemos que felicitar porque el Servicio de Oncología del hospital Arnau de Vilanova ha ampliado recientemente su alabado y reconocido abanico de especialidades y, desde el pasado mes de octubre, puede aplicar nuevos tratamientos contra melanomas metastásicos, lo que evita que quienes padecen esta modalidad cancerígena tengan que desplazarse a Barcelona. Esta mejora se suma a la personalización de las curas, tendencia que se va imponiendo y que permite atacar los tumores de forma menos invasiva, como explicaba en la edición de ayer de SEGRE la responsable del área oncológica del hospital leridano, Antonieta Salud, que añadía que el objetivo final es que el cáncer se convierta en un futuro próximo en una dolencia crónica. Vamos por este camino porque el índice de curación en la actualidad ya está en torno al 55 por ciento de casos detectados (unos 2.100 el pasado año en Lleida), por lo que es necesario implementar medidas, especialmente económicas, para que los equipos de investigación puedan avanzar en sus trabajos. Sus resultados repercutirán en todos nosotros de una forma u otra.