EDITORIAL
Presión ecologista
Dos proyectos importantísimos para la promoción turística del Pallars Sobirà, el festival Doctor Music y el Mundial de piragüismo de Sort, están seriamente amenazados después de sendas denuncias ecologistas que se han traducido, en el primer caso, en un informe de la Agencia Catalana del Aigua, en el que recomienda a la Confederación Hidrográfica del Ebro que no conceda los preceptivos permisos y, en el segundo, en la paralización de las obras del canal de piragüismo, que ya se estaban haciendo contra reloj para cumplir los plazos previstos en la regulación hidráulica antes de que en primavera empiece la temporada de rafting. En el caso de Sort, la situación aún es más paradójica porque las obras tenían todas las autorizaciones, tanto del ACA como de la CHE, y además estaban subvencionadas por la misma secretaria general de l’Esport, pero, tras la denuncia ecologista, han sido paralizadas por otro departamento de la Generalitat, la conselleria de Agricultura, atendiendo a que se podría ver afectada la eclosión de huevos de la trucha autóctona y que hasta el 30 de marzo no pueden entrar las máquinas en el río cuando los huevos ya han eclosionado. Llama la atención la falta de coordinación entre departamentos de la Generalitat, que puede ocasionar cuantiosos perjuicios para Sort y que obras en un tramo de 150 metros en un río de 80 kilómetros puedan causar tantos perjuicios a la fauna truchera cuando nadie presentó la menor queja en el periodo de alegaciones y no consta que las obras en el canal, hasta ahora, hayan perjudicado a las truchas. En el caso del festival Doctor Music, el informe del ACA estima que el festival está programado en una zona inundable y, en consecuencia, propone que la CHE no conceda el preceptivo permiso y habrá que confiar en que las alegaciones de la empresa promotora puedan subsanar el problema, porque todo el dispositivo está en marcha con fincas arrendadas, plazas hoteleras reservadas, actuaciones musicales contratadas y entradas vendidas. Hay que garantizar la seguridad y respetar el medio ambiente, pero también apoyar los proyectos que dinamizan una comarca tan deprimida como el Sobirà y buscar fórmulas de consenso que permitan compatibilizar iniciativas tan positivas como el Mundial o el festival con las truchas o con el riesgo de inundación de quienes acudan al concierto. Los promotores y los alcaldes son los primeros interesados.