EDITORIAL
La importancia de conocer la historia
La historia es una disciplina científica que en general está poco valorada, pero a la que gobiernos y políticos de todos los colores no dudan en recurrir, manipulando los datos en función de sus intereses, para justificar las decisiones que adoptan en base a episodios sucedidos hace 200, 300 o 400 años. Por eso hay que alabar actos como el celebrado ayer en Seròs, en que se recordó a los 16 vecinos de la localidad que, tras exiliarse a Francia después de la Guerra Civil, acabaron deportados en el campo de concentración nazi de Mauthausen, donde seis de ellos fallecieron. La red de campos de concentración nazis fueron utilizados para el genocidio de los judíos, pero también para exterminar a miembros de diferentes minorías religiosas, nacionales y adversarios políticos, entre muchos otros colectivos. Mucha gente lo desconoce o no lo recuerda, pero Hitler no llegó inicialmente al poder en Alemania a través de un golpe de Estado, sino de las urnas, tras ser su partido el más votado en las elecciones de 1932. En un contexto de depresión económica, hiperinflación y resentimiento nacional tras la derrota en la Primera Guerra Mundial y los costes que le habían impuesto los países vencedores, muchos alemanes vieron en él el salvador de la patria. El horror y la destrucción que comportó el régimen nazi es de sobras conocido por todos. Por eso nunca está de más desconfiar de los que ofrecen soluciones simplistas a problemas que son muy complejos. La tentación de optar por este tipo de alternativas es frecuente entre los que ven como su situación es desesperada o bien va a peor o temen que vaya a peor, pero las consecuencias pueden ser indeseables para todos. Solo hay que ver lo que ha sucedido en la primera potencia mundial y una de las democracias más antiguas del mundo, Estados Unidos. Antes de las últimas elecciones, muchos analistas daban por descontado que Trump acapararía el voto protesta, pero que no tenía opciones de ganar. Finalmente, Trump ganó. Entonces, muchos de los que vaticinaron su derrota afirmaron que en realidad no podría imponer su programa porque EEUU dispone de un sistema de equilibrios de poder que impediría que cometiera desmanes. Pues bien, ya hemos podido comprobar los efectos perjudiciales que tienen a nivel mundial sus decisiones y que no le ha temblado el pulso al declarar la emergencia nacional para financiar un muro en la frontera con México.