Violencia sin tregua

Mientras millones de manifestantes de todo el mundo salían a las calles de sus ciudades para exigir de nuevo sus derechos con motivo del Día de la Mujer, que se celebraba el viernes, esa misma jornada, una madrileña octogenaria moría por los disparos de su marido, de una edad similar, que posteriormente se suicidó. Por su parte, el sábado, la Policía Nacional detuvo a un hombre de 55 años de Reino Unido acusado de asesinar a puñaladas a su esposa, de 58 años, en el municipio malagueño de Estepona ante su hijo, de 15 años. Y ya ayer, un hombre de 46 años mató con una escopeta a su mujer, de 43, en su vivienda de la población pontevedresa de Valga. Este es el trágico escenario de violencia machista, sin ningún día de tregua, que nos encontramos en la semana en la que, como decíamos, las mujeres han reclamado por enésima vez poder vivir su presente y labrar su futuro como quieran, con quien quieran y en las mismas condiciones que los hombres, tanto laborales como sociales. Pero la vergonzosa lacra del terrorismo doméstico deja en evidencia una vez más que queda aún mucho camino por recorrer. No nos cansaremos de repetir que es necesario denunciar cualquier atisbo de maltrato (aunque en al menos dos de los tres últimos asesinatos no hubo denuncias previas), tanto por parte de quien pueda ser víctima como de cualquier testigo. Y es que quizá una denuncia a tiempo hubiera podido evitar alguna de la larga decena de muertes por violencia machista que ya contabilizamos en lo que va de año. El bus de la vergüenza Y mientras los asesinatos de mujeres se cuentan por días, el autocar de la organización ultra Hazte Oír, “decorado” con la imagen de un Hitler maquillado y tildando de “feminazis” a las feministas, ha recorrido media España. Por suerte, su parada en Barcelona va a tener consecuencias, ya que el ayuntamiento que preside Ada Colau ha interpuesto dos denuncias contra esta entidad por propagar mensajes que atentan contra la libertad de las personas y por incumplir la ordenanza del civismo. Que cunda el ejemplo.