EDITORIAL
Sant Josep y la actualidad agraria
Lleida, la despensa de Catalunya, inaugura hoy uno de sus dos certámenes agrarios más importantes, la Fira de Sant Josep de Mollerussa, que junto a Sant Miquel de la capital muestran año tras año la vitalidad del sector primario por excelencia de Ponent. Sant Josep lleva 147 años exhibiendo las principales novedades tecnológicas del sector de la maquinaria agrícola y, en las últimas décadas, ha complementado su potencial con la innovación, el automóvil y todo aquello que tiene que ver con la agroindustria. Dos días después de que los payeses de Lleida salieran a la calle para hacer oír su protesta ante la crisis de precios que vive el sector por varios motivos, unos estructurales y los otros producto de la globalización económica, es más importante que nunca que Sant Josep y la capital del Pla sepan dirigir la feria hacia la realidad agroganadera actual. Para que la economía agraria, que ha sustentado el crecimiento y riqueza de las comarcas leridanas, no decaiga hace falta garantizar el futuro de los pequeños y medianos agricultores, que ahora mismo tienen muy complicada su supervivencia. Las grandes cooperativas y empresas marcan tendencias, precios y dirigen las producciones, mientras los payeses se las ven y se las desean para cuadrar cuentas a final de campaña. Sant Josep ha de asumir esta realidad y buscar alternativas para garantizar su futuro. Cívica y pacíficamente Miles de leridanos y catalanes en general viajan hoy a Madrid para manifestarse por las calles de la capital española en protesta por el juicio al procés independentista, que ha llevado a la cárcel y ante el Supremo a buena parte del gobierno de la Generalitat y líderes soberanistas para los cuales se piden penas de hasta 25 años de cárcel por delitos como la rebelión, que cada día que pasa parece más demostrado que no existió. Al margen de que hay que dejar hacer su trabajo a la Justicia, esperamos que el civismo impere también en esta nueva demostración de músculo del soberanismo en Madrid, que debe acoger con el mismo talante que ha mostrado en diversas ocasiones Barcelona ante protestas de todo tipo e ideologías.