EDITORIAL
La carrocería más frágil
Muerte de un ciclista es el título de una obra maestra de Juan Antonio Bardem protagonizada por Lucía Bosé y Alberto Closas. Lamentablemente, también es una constante en nuestras carreteras. Un vecino de Puigcerdà de 49 años falleció ayer en la N-260 a su paso por Montellà i Martinet cuando el conductor de un todoterreno lo arrolló al invadir el carril contrario mientras intentaba adelantar en un tramo de doble línea continua. Se suceden las campañas para concienciar de que los ciclistas y los motoristas deben ser respetados. Ellos no tienen carrocería que les proteja. Por seguridad, hay que dejar un metro y medio de margen. Un espacio vital que cuando se invade tiene dramáticas consecuencias. El marido de la vecina de La Seu d’Urgell Anna González falleció arrollado por un camión cuando circulaba en bicicleta. En su caso, el conductor ni siquiera se detuvo a auxiliarlo. Su viuda inició en 2016 la campaña #porunaleyjusta. Anna González logró que el Congreso de los Diputados aprobara por unanimidad modificar el Código Penal para agravar las penas de las imprudencias al volante, en especial las derivadas del exceso de velocidad y el consumo de alcohol y drogas, y para que sea delito el abandono del lugar después de causar un accidente. Pero pese a esta pírrica victoria, los ciclistas siguen siendo el eslabón más débil sobre el asfalto.
En 2015, dos ciclistas de Seròs fallecieron arrollados en Soses por un conductor que dio positivo en el test de drogas. Una tragedia similar ocurrió en Vallfogona de Balaguer. Lo más terrible es que estos accidentes podrían evitarse, pero las imprudencias están a la orden del día. Baste recordar un vídeo que se hizo viral el año pasado en el que un ciclista de Puigverd de Lleida grabó cómo un coche se desvió a toda velocidad en la C-53 a la altura de La Ràpita y llegó a tocar el manillar. En este caso, se evitó la tragedia, pero las imágenes hablaban por sí solas. Respetar las normas salva vidas. Con un balance de 10 personas muertas en las carreteras leridanas en lo que va de año (33 en Catalunya), el toque de alerta es más que necesario. Se ha doblado la cifra de víctimas de tráfico respecto al 2018. Hay que tomar medidas de manera urgente y recordar que no se trata de llegar el primero fuera de los circuitos de Fórmula 1, sino de llegar. Nada más y nada menos.