EDITORIAL
Una oportunidad perdida
Falta la confirmación oficial, pero si no hay un improbable acuerdo de última hora entre la Agencia Catalana del Agua y Doctor Music, el festival de Escalarre previsto para este mes de julio que buscaba rememorar los celebrados entre 1996 y 1999 no se celebrará en el Pallars tal y como había sido reiteradamente anunciado y del que ya se habían vendido entradas. Ayer continuaban las negociaciones con la recomendación del ACA para que se redujera el tamaño del festival y en consecuencia el aprovechamiento de zonas potencialmente inundables, pero la empresa organizadora no está dispuesta a aceptar estas recomendaciones por lo que todo apunta a que buscará otra ubicación posiblemente cerca de Barcelona, se habla de Montmeló como la más viable, y mantendrá el evento con las características anunciadas. La aplicación de la normativa, aprobada a finales de 2016 sobre zonas potencialmente inundables, la negativa del ACA y la Confederación del Ebro a conceder los permisos y la amenaza de organizaciones ecologistas de denunciar la vulneración de la ley están a punto de provocar este traslado en el que el gran perjudicado es el Pallars Sobirà, que perderá un flujo de millones de euros en la comarca, una ocupación plena durante el mes de julio y una promoción extraordinaria con la presencia de artistas reconocidos mundialmente y más de 50.000 asistentes al festival. Es una gran oportunidad para el Pallars, que está a punto de perderse por falta de flexibilidad de unos y otros a la hora de negociar o de buscar alternativas, porque el festival se anunció hace meses, hubo una primera resolución desfavorable del ACA con las subsiguientes alegaciones y a tres meses y medio todavía no hay una decisión definitiva. No se trata de incumplir ninguna ley, ni de poner en peligro la vida de nadie, pero sí se pueden hacer interpretaciones de la normativa más o menos flexibles, se pueden buscar ubicaciones alternativas para la zona de acampada o para los aparcamientos y también se puede interpretar y minimizar el riesgo real de inundación en la zona. Ha faltado una negociación real y efectiva, pero también se ha percibido escaso interés por parte de Territorio para favorecer el festival, mucho temor a las amenazas ecologistas, incluso cierta intransigencia por parte de la empresa organizadora y también ha faltado presión ante las administraciones por parte de la comarca para no perder esta oportunidad.