EDITORIAL
Campaña permanente
Hasta el viernes no empieza la campaña electoral para las elecciones generales, pero ninguno lo diría porque todos los partidos llevan días enfrascados en la exposición de sus programas, la explicación de sus promesas y hasta las posibles alianzas, mostrando una vez más lo anacrónico de la normativa electoral, que fija plazos para pedir el voto o divulgar encuestas cuando los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías provocan que la campaña sea permanente y hasta online. Y aunque conviene no sacralizar las encuestas a la vista de los errores registrados en otros comicios, sí que es significativo resaltar algunos rasgos coincidentes en las tendencias de las publicadas hasta ahora y su comparación con las precedentes. Así, parece evidente que continuaremos con la fragmentación del Congreso que hará imposible cualquier mayoría absoluta y que obligará a la fuerza más votada, presumiblemente el PSOE según coincidencia de todos los sondeos, a buscar apoyos por la derecha o por la izquierda. También coinciden en que aumenta el temor a que las tres fuerzas de derecha, Vox, PP y Ciudadanos, puedan alcanzar la mayoría absoluta y que los apoyos a la extrema derecha se están modulando hasta el punto de que las últimas encuestas, de ABC y El Periódico, apuntan a una recuperación de Ciudadanos sin que en ningún caso los tres lleguen a sumar la mayoría. Tampoco llega el PSOE con el apoyo de Podemos, grupo al que vaticinan un importante retroceso, y no gusta al electorado que esta alianza de izquierdas tenga que apoyarse en los grupos independentistas como sucedió en la moción de censura contra Rajoy. Queda la opción de una alianza entre PSOE y Ciudadanos al que la prospectiva electoral sí concede mayoría, pero aquí topamos con el anuncio de Albert Rivera de que en ningún caso pactaría con Pedro Sánchez. Habrá que ver, si se confirman los datos, si se mantiene la promesa. Y por lo que respecta a Catalunya, los sondeos confirman lo avanzado por el CEO con victoria de ERC, recuperación del PSC y retroceso de Catalunya en Comú y Junts per Catalunya, pero nadie puede lanzar las campanas al vuelo porque en torno a la tercera parte de los votantes todavía no tiene decidida su papeleta. Y probablemente lo hará a última hora con infinidad de variables en su toma de decisión y con una influencia muy relativa de lo que unos y otros puedan prometerle en esta campaña infinita.