EDITORIAL
Presos en el Congreso
Arranca hoy la decimotercera legislatura de la democracia española con una imagen insólita: la de cinco dirigentes independentistas presos que han tenido que acreditarse, cuatro en el Congreso y uno en el Senado, custodiados por la policía tras ser trasladados desde la prisión a dónde fueron devueltos tras formalizar los trámites. Una imagen, en medio de la campaña electoral por las municipales y las europeas, que puede marcar la legislatura porque seguimos pendientes del desarrollo del juicio al procés en el Supremo y la suspensión de su condición de diputados, que ayer reclamaron tanto el PP como Ciudadanos en base al reglamento del Congreso, que la prevé para quienes están procesados y en prisión provisional. Será la primera “patata caliente” que le tocará abordar a la Mesa del Congreso, que estará presidida por la exministra Meritxell Batet después de la decisión del Supremo que ha traspasado esta responsabilidad al órgano legislativo y que a buen seguro provocará más recursos y nuevas polémicas. Lo que sí se desprende del auto del Supremo, que deja la decisión en manos del Congreso, es que no pedirán el suplicatorio de los cinco electos teniendo en cuenta que el juicio del procés está en la recta final y no tiene sentido plantear ahora la cuestión. De momento, hoy los diputados presos podrán asistir al pleno de constitución de la Cámara y cabe suponer que también podrán hacerlo a la apertura solemne de la legislatura y según las previsiones ya habrá acabado el juicio cuando se llegue en julio a la primera sesión de investidura de Sánchez. Y habrán tenido que decidir sobre la suspensión. Vuelven las listas negras La guerra comercial desatada por Trump ya se ha cobrado su primera víctima con la inclusión en su lista negra de uno de los principales fabricantes de móviles, la china Huawei, que vende en Europa uno de cada cinco móviles que hay, y dejará de recibir la tecnología de Google. Bajaron en bolsa todas las tecnológicas, los usuarios de Huawei quedan huérfanos y pierden hasta las empresas americanas que suministran a la china. Y la lista negra puede incrementarse al gusto de Trump.