Negociación complicada

Completada la ronda de entrevistas del rey con los representantes de los distintos partidos que obtuvieron diputados el pasado 28 de abril, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, es el encargado de optar a la investidura como presidente de Gobierno. Es lo lógico porque fue el más votado en las ya lejanas elecciones generales y porque ningún otro candidato tiene posibilidades reales de conseguir la mayoría en el Congreso, pero esto no quiere decir que Sánchez lo tenga fácil, porque de momento solo tiene garantizado el apoyo de sus 123 diputados, mientras que en la ronda de consultas han anunciado su voto en contra los 66 del PP, los 57 de Ciudadanos y los 24 de Vox. También parece seguro que los 15 de Esquerra, los 4 de JxCat, porque los otros tres electos están suspendidos, y los 4 de Bildu votarán en contra de una investidura de Sánchez, que tampoco parece muy interesado en negociar su apoyo. Suman en total 170 votos negativos, que Sánchez debería superar para poder ser investido y para ello tendrá que negociar con Unidas Podemos, que consiguió 46 escaños, pero está enfrascado en una seria crisis por los malos resultados de las dos elecciones y necesitará algún gesto del PSOE; con el PNV, que puede aportar 6 votos y está abierto a apoyar; conl Partido Regionalista de Cantabria, que tampoco pondrá excesivos problemas para aportar su voto, al igual que el Compromís valenciano, que también consiguió un diputado. Estos apoyos, que parecen factibles, sumarían 173 escaños, pero queda en el aire la decisión que tomarán los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro, tradicionalmente aliado con el PP, pero que se ha mostrado dispuesto a abstenerse a cambio de que se le facilite el gobierno en la comunidad foral, y los dos de Coalición Canaria, cuya portavoz se mostró muy crítica con Sánchez y que también exige contrapartidas en las elecciones de alcaldes y cabildos canarios. La investidura le sale a Sánchez más barata con la suspensión de los tres diputados de JxCat y su no sustitución, pero no será fácil que los socialistas navarros se abstengan para facilitar el gobierno de la derecha en su comunidad, ni tampoco que los canarios hagan semejante sacrificio, pero es una de las consecuencias de que hayan coincidido elecciones generales, autonómicas y municipales en un mes. Todo apunta a que el interés general pasará por la investidura de Sánchez a costa de sacrificar intereses territoriales.