EDITORIAL
Buena salud del catalán
La presentación de la encuesta de usos lingüísticos del catalán elaborada por el Idescat y la conselleria de Cultura ha vuelto a desatar las valoraciones, a veces contrapuestas, sobre la salud del catalán según el dato en que se haga hincapié, según con la referencia que se compare y también con el objetivo que se persiga. Los hay que han elevado la voz de alarma porque ha bajado el uso habitual del catalán desde 2003, en que era del 41 por ciento hasta el 38 actual, o que en la consideración de lengua inicial hay preferencia por el castellano, con un 52 por ciento, frente al 31 que utiliza el catalán. Para entender estas cifras hay que tener en cuenta el impacto migratorio que ha vivido Catalunya en este siglo, pero lo importante para valorar la salud del idioma es su grado de conocimiento, de lectura y de escritura, y en estos parámetros el catalán sigue mejorando como demostración de que la inmersión en la escuela funciona bien. Y cuando el 94,4 por ciento de la población conoce la lengua del país como recoge la encuesta, no se puede hablar de mala salud, porque además el 81,2 por ciento la sabe hablar, y lo que es más importante, el 85 por ciento la sabe leer, con un incremento de tres puntos, y un 65 la sabe escribir, con una mejora de cinco puntos que afecta básicamente a los más jóvenes, aunque la utilización de redes sociales como los whatsapps familiares, según la consellera, también ha favorecido su uso entre los mayores. Cuando se mejora la lectura y la escritura en un idioma no se puede hablar de crisis, y mucho menos cuando en el sector comprendido entre los 15 y los 29 años, es decir, el futuro, el conocimiento del catalán supera el 80 por ciento o cuando se convierte en el vehículo de comunicación entre diferentes generaciones. Cada cual verá el vaso medio lleno o medio vacío, de la misma forma que hay quien ha criticado el “cumpleanys” y las “botelles” que ha utilizado la cantante Rosalía y no tiene en cuenta los millones de visitas que está teniendo su última canción en catalán, que hace más por la difusión de la lengua que los manifiestos más puristas y ortodoxos. Con respecto a la encuesta, se puede lamentar que no se avance en el uso social del catalán o en su utilización como lengua inicial, pero lo cierto es que las lenguas no se imponen y que también son un acto de libertad, pero el grado de conocimiento, lectura y escritura del catalán está en los mejores momentos de su historia.