La pasividad del primer mundo

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, advirtió ayer al barco de la organización Proactiva Open Arms que no tiene licencia para realizar rescates en el Mediterráneo y apeló al cumplimiento de la ley al ser preguntada sobre posibles sanciones a la ONG. “Nuestro país es un estado de derecho y las instituciones, poderes públicos y ciudadanos estamos sometidos todos a las leyes,” reiteró Calvo a la Cadena Ser. La vicepresidenta celebró el desembarco de los migrantes del barco de bandera española y resaltó “el esfuerzo del Gobierno español” para hallar una solución a la crisis humanitaria. “Hemos actuado con la coherencia de la seguridad y respeto a los derechos humanos”, aseveró. Ya es bastante triste el papel que todos los gobiernos de la Unión Europea están haciendo con las crisis humanitarias como para amenazar al mensajero, es decir, amenazar con fuertes multas a las ONG que simplemente salvan vidas humanas y destapan las vergüenzas colectivas. Lo que tiene que hacer el ejecutivo español, al igual que los del resto del viejo continente, es coordinar acciones económicas, sociales y políticas para evitar las muertes cotidianas en el Mediterráneo y, a falta de este proyecto a corto o medio plazo, al menos tener la humanidad de darles puerto seguro hasta que el primer mundo decide qué hacer con el tercero.

Financiación catalana

El vicepresidente del Govern y conseller de Economia, Pere Aragonès, anunció ayer que llevará a los tribunales al Gobierno para que abone los recursos correspondientes a la financiación del 2019. Aragonès aseguró que el Govern utilizará la jurisdicción contenciosa administrativa porque considera que se está reteniendo un dinero que corresponde a Catalunya en virtud de la ley orgánica de financiación de las comunidades autónomas. Es evidente que los tribunales no solucionarán el déficit fiscal, pero lo que también está claro es que las arcas de la Generalitat no pueden seguir soportando estos déficits históricos que perjudican el día a día, la sanidad, la educación y en definitiva el progreso catalán.