EDITORIAL
La mala gestión de la listeriosis
La Junta de Andalucía anunció ayer la declaración de una nueva alerta sanitaria por listeriosis al haber encontrado una carne mechada contaminada de listeria de la marca Sabores de Paterna, en la provincia de Cádiz. El consejero de Salud, Jesús Aguirre, aseguró que, de momento, no se han detectado afectados por listeria pero se han encontrado evidencias en la contaminación de la carne de la marca Sabores de Paterna, con fábrica en esa localidad gaditana. La Junta ha decretado el cese de la producción y la retirada del mercado de esta carne y ha inmovilizado todos los productos cárnicos de dicha empresa. Llevamos ya muchos días reclamando a las autoridades andaluzas un análisis más detallado y transparente de los protocolos que se han seguido desde la detección del primer brote y un exhaustivo rastreo de todos los puntos de venta y distribución desde el origen de la infección. Hace apenas una semana se pedía tiempo para analizar en frío lo sucedido, en un contaminación que ha causado muertes y abortos de mujeres embarazadas, uno de los sectores de población más en riesgo. Ahora denuncian otras partidas con listeriosis sin que hayan completado la investigación ni dado las explicaciones pertinentes sobre las primeras. Mala gestión de principio a fin, con miles de personas expuestas sin ninguna información y un alarmismo en el mercado de la carne que perjudica a muchísima gente. ‘Mea culpa’ de Montserrat El monje Andreu Soler, responsable de la agrupación escolta de Montserrat durante 40 años y fallecido en el 2008, fue “un depredador sexual y un pederasta”, según la comisión independiente creada por el abad del monasterio para investigar los abusos, que ha concluido que “había rumorología suficiente” sobre su comportamiento para que se hubiese actuado contra él. La investigación interna admite que los abusos se cometieron durante los años 90. El mea culpa llega también demasiado tarde y tras muchos sufrimientos de las víctimas, cuya valentía ha obligado a la abadía a reconocer las culpas. Urge que no solo Montserrat, sino toda la Iglesia, haga examen de conciencia y destape y reconozca esta lacra más que demostrada.