Aprender del pasado

Quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores, pero vivimos en una sociedad que da la espalda a las humanidades. Por eso son necesarias iniciativas como la Fira Harpia de Balaguer. Por un lado, se trata de una actividad festiva que dinamiza el comercio y la hostelería de la Noguera, con las calles llenas a rebosar de público. Por otro, pone en valor el rico patrimonio de lo que un día fue la poderosa capital del Comtat d’Urgell. Patrimonio entendido en un sentido amplio: las murallas, el Castell Formós o el claustro del convento de Sant Domènec, pero también el inmaterial, con la recuperación del Ball de la Galop, y el histórico, con reivindicación de un personaje nacido hace 700 años en Balaguer que merece ser profeta en su tierra por méritos propios, el rey Pere el Cerimoniós. A este monarca se debe que en mayo de 1338 Lleida acogiera los primeros juegos florales de Catalunya. Era un hombre culto que el 11 de septiembre de 1380 escribió desde Lleida (seguramente desde la Suda) una carta dirigida a su tesorero en la que le daba la orden de pagar soldada a 12 ballesteros para que fueran a defender el castillo de Atenas, la Acrópolis. Y no como emplazamiento estratégico ni por intereses estrictamente políticos, sino porque “lo dit castell sia la pus richa joya qui al món sia”. En términos modernos podría decirse que fue la primera ley de defensa del patrimonio. Queda mucho por aprender del pasado. Que la Fira Harpia se vincule a estudios divulgativos interdisciplinares es, sin duda, una buena noticia que complementa el trabajo científico de la Càtedra d’Estudis Medievals. Objetivo, ensanchar la base Con Oriol Junqueras en la cárcel y Marta Rovira exiliada en Ginebra, Esquerra renovó ayer su cúpula. Más que un cambio, fue un espaldarazo a sus dirigentes y la consolidación del binomio ejecutivo que ya formaban el vicepresidente Pere Aragonès y la leridana Marta Vilalta, portavoz de la formación. De esta forma, ERC se blinda ante la sentencia del 1-O y quiere aprovechar los buenos resultados electorales para erigirse en el partido hegemónico del soberanismo.