El futuro del Morera

El alcalde, Miquel Pueyo, se pronunció ayer sobre la paralización de obras del Museu Morera por problemas con el proyecto y discrepancias de la adjudicataria, que ve inviable su realización, asegurando que quiere que el proyecto tire adelante con el alineamiento de las cinco administraciones que colaboran en su financiación, aunque necesitan tiempo para solventar los problemas y afrontar los cambios. El problema es que también los plazos juegan en contra, porque las bases de la concesión de los fondos Feder, que ascienden a dos millones de euros, obligan a tener listos los trabajos el 31 de diciembre del año que viene o que estén ejecutados al 70 por ciento, algo que en estos momentos se antoja imposible por lo que habrá que negociar algún tipo de prórroga ante la Unión Europea. Pero, con ser importante, la prórroga y los plazos de los fondos Feder no es el más complicado de los problemas del Morera, porque la Paeria se ha encontrado con una adjudicación hecha con prisas, un proyecto con deficiencias, un inicio de las obras retrasado, que encareció los costes, y una financiación que antes de empezar ya parece insuficiente. A esto hay que añadir que tampoco la ubicación del Museu en la antigua Audiencia entusiasmaba a los socios del actual equipo de gobierno, que en algún caso eran más partidarios de unificar el espacio museístico con el Morera y el centro de arte de la Panera, opción descartada en beneficio de ubicar el museo en la antigua Audiencia Provincial. Volver atrás y recuperar aquella idea parece imposible a estas alturas, porque obligaría a empezar de nuevo a todos los niveles, arquitectónico, museístico, financiero y hasta político, además de dilapidar la financiación conseguida para el proyecto actual. Habrá que evaluar cuáles son las deficiencias del proyecto que lo hacen inviable según las empresas adjudicatarias, calcular cuál sería el coste de subsanarlas o si hace falta un cambio global del proyecto, como reclama la UTE, y estudiar si es posible asumir su financiación o si se puede acometer por fases la remodelación. Queda claro que el margen de maniobra es escaso, que será complicado conseguir más dinero de la Unión Europea, del Estado o de la Generalitat, y que no habrá soluciones perfectas, pero habrá que tomar decisiones urgentes porque hace ya siete meses que la UTE reclamó más dinero y cambios en el proyecto, y las obras están paradas desde antes del verano.