EDITORIAL
Con el aval de las bases
Aunque algunos ya se repartan carteras, aún no se sabe si será posible la investidura de Sánchez y si será Esquerra quien la facilitará, pero lo que sí se sabe ya es que las bases del partido republicano han concedido un cheque en blanco a la dirección para que tome la última decisión. Así lo refleja el resultado de la consulta a las bases en que un 94,6 por ciento se mostró “de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación” y, como además hubo una participación tan significativa como el 70 por ciento, es evidente que la dirección del partido ha quedado avalada para interpretar el sentido de la respuesta. Puede interpretarse que el 5,3 por ciento de militantes que votó en contra del acuerdo no quiere ningún tipo de negociación con el PSOE o con menos probabilidad es partidario de facilitar la investidura, pero la inmensa mayoría reclama como condición para no oponerse a la investidura la creación de una mesa de negociación y el compromiso de abordar el conflicto político. Y la interpretación queda abierta a muchos escenarios porque a priori Sánchez no tendrá inconveniente en designar una delegación para que se siente en la misma mesa que los elegidos por ERC, como planteaba el mismo Rufián ayer en una primera fase, y que parece lógico si los dos partidos tienen que negociar un acuerdo. Tampoco es impensable que Sánchez se comprometa a buscar soluciones al conflicto catalán, porque es lo que cabe exigirle a un presidente de Gobierno, pero también es imaginable que no pase de declaraciones bienintencionadas, que en la mesa se reúnan partidos y no gobiernos y que no haya más concreciones antes de las votaciones de investidura. A quien le tocará interpretar si es suficiente o no será a la dirección del partido, y da la impresión de que hay más ganas de llegar a algún tipo de acuerdo en la cúpula del partido republicano que en las bases y que todos son conscientes de que un posible apoyo a Sánchez generará mucho ruido en la calle y en algunos medios y además puede tener un importante coste social y previsiblemente electoral si no se explica muy bien y se justifica con las contrapartidas que pueda ofrecer el gobierno de Sánchez. Y no está nada claro hasta dónde puede llegar el PSOE en sus cesiones porque en todas las declaraciones aparece la referencia al marco constitucional.