EDITORIAL
Cuestión de flecos
Después del congreso del sábado, Esquerra afirmó ayer que “solo quedan algunos flecos” para cerrar el acuerdo con el PSOE que facilitaría la investidura de Pedro Sánchez y desde la Mesa del Congreso se decidió ayer habilitar los días 28, 29 y 30 como hábiles para celebrar los correspondientes plenos, cuya convocatoria puede hacerse con un margen de solo 24 horas. Llama la atención que después de tantos meses perdidos, de tantos meses sin ni siquiera sentarse a negociar, ahora haya tanta prisa como para habilitar fines de semana navideños o barajar la fecha del domingo 5 de enero como segunda opción, pero ha quedado demostrado que los ritmos de la política española son inescrutables y que ahora les han entrado las prisas, pero parece claro que si solo es cuestión de flecos, los negociadores del PSOE y ERC ya han llegado a un acuerdo en lo fundamental. Y después de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, cuestión esencial es la postura de la abogacía del Estado con respecto a Oriol Junqueras porque la fiscalía se mantiene en las tesis expuestas durante el juicio y considera que la reconocida inmunidad del presidente de ERC no equivale a impunidad, remitiéndose a sentencias del Constitucional en las que solo reconoce la inmunidad a los diputados que ya lo eran antes de ser procesados, mientras que Junqueras ya había sido juzgado, aunque no se hubiera dictado sentencia, cuando fue elegido eurodiputado. No es un escrito que haya gustado en ERC y habrá que esperar a ver si el de la abogacía es más conciliador y representa un gesto suficiente para convencer a la dirección republicana. Porque una parte importante de los flecos pasa por las cesiones que Sánchez pueda hacer y que ERC pueda presentar ante sus bases, y ante sus socios de gobierno, como avances significativos que justifiquen su apoyo a la investidura. Y todos los tantos que se apunte ERC en este sentido pueden convertirse en un “boomerang” contra Sánchez por rendirse a las exigencias independentistas como ya han planteado algunos de los barones socialistas y de una forma más extemporánea algún exmilitar y ahora dirigente de Vox que ha llegado a acusar a Sánchez nada menos que de traición. Hará falta más transparencia de la que hemos tenido hasta ahora y mucha pedagogía de los firmantes del acuerdo con los suyos para justificarse sin provocar quiebras, ni disensiones. Y esto es algo más que un fleco.