EDITORIAL
La esperanza de un nuevo año
El año 2020 arranca con una ligera esperanza de que el período de incertidumbre política en el que hemos vivido en los últimos años puede dejar paso a uno de diálogo, puentes de entendimientos y restablecimiento de las relaciones políticas entre Catalunya y España que nunca debieron acabar en los tribunales y mucho menos en las cárceles. Durante el 2019 se han celebrado dos elecciones generales en el Congreso de los Diputados, unas elecciones europeas y unos comicios locales, y en todas las convocatorias el independentismo ha obtenido una mayoría absoluta que deja fuera de toda duda la voluntad de los catalanes de gestionar más y mejor su futuro. ERC ha vencido todas las elecciones de 2019 a excepción de las europeas, cuyo ganador fue Carles Puigdemont. Corresponde, pues, a los republicanos y al líder de JxCat gestionar esta responsabilidad que les han depositado los votantes para, sin renunciar a su ideario ni hoja de ruta, hacer lo posible para que la oportunidad que brinda la matemática parlamentaria en Madrid permita abrir un nuevo período más fructífero y menos doliente en todos los sentidos. En 2019 ni los presupuestos generales del Estado español ni el de la Generalitat de Catalunya han logrado apoyos suficientes para ser aprobados y estas prórrogas han mantenido bloqueadas inversiones y proyectos muy necesarios. Deseamos, pues, también que 2020 sirva para desencallar las cuentas y poner hilo a la aguja de tantas inversiones necesarias, tanto en carreteras –la situación de las vías del Pirineo es de emergencia nacional–, como en ferrocarril –la línea de la costa está cortada por el temporal de octubre y la de Manresa padece una incidencia un día sí y otro también–, y evidentemente para capítulos que afectan al bienestar de los ciudadanos, su calidad de vida, su trabajo o su libertad individual o colectiva. Las partidas de la Dependencia, el salario mínimo, las ayudas al sector terciario, la agricultura y ganadería, las matrículas universitarias, la ocupación de los jóvenes, la compra de vivienda, los alquileres sociales y tantos y tantos capítulos que reposan desde hace tiempo por falta de entente político. La falta de acuerdo entre los partidos, la judicialización de la política y las protestas en las calles han protagonizado el 2019 que el martes despedimos y esperamos que el 2020 que estrenamos comporte un cambio significativo para el bien de todos los ciudadanos, piensen como piensen.