EDITORIAL
Prudencia sin alarmismos
Mientras la Organización Mundial de la Salud decidía en Ginebra la declaración de emergencia mundial por el brote de coronavirus en una región china, se multiplican por todo el mundo las medidas preventivas ante esta posible epidemia, con cuarentenas para quien ha viajado a China, cruceros retenidos en un puerto italiano, con una familia leridana porque había una pareja procedente de Macao con síntomas, y hasta compras masivas de mascarillas para enviarlas a China. Bien está que se tomen todas las precauciones necesarias ante el brote de un virus desconocido hasta el 7 de enero, cuando fue identificado, pero la ciudad en que se detectó, Wuhan, está aislada y quien llega a otros países procedente de China pasa por un periodo de cuarentena y se somete a análisis para corroborar que no está infectado. Pese a todas las medidas, el virus se ha extendido y se han detectado casos en países asiáticos, también en Estados Unidos y en países europeos como Finlandia, Francia y Alemania, pero de momento no hay que lamentar ningún caso en España pese a varias alertas y los correspondientes análisis, y también se descartó la presencia del virus en el crucero inmovilizado en el que viajaba la familia leridana y que había hecho una parada en Barcelona. Es un problema importante ante el que estar alerta porque puede agravarse, pero conviene no alimentar alarmismos porque de momento el coronavirus ha provocado unos 170 muertos y más de siete mil afectados, pero los expertos dicen que su tasa de mortalidad es del 2,2 por ciento, menos agresiva que otras epidemias generales como el SARS (síndrome respiratorio agudo y grave), aunque hay que estar pendiente de su evolución y de posibles complicaciones. Además, añaden que las personas fallecidas ya sufrían diversas patologías graves, cuyas complicaciones junto al impacto del nuevo virus han provocado los fallecimientos, pero con una incidencia comparable a la que pueden tener las epidemias de gripe cada invierno en las personas con salud más frágil. Evidentemente, hay que extremar las precauciones, evitar viajes a las zonas infectadas, lavarse las manos de forma frecuente, usar pañuelos cuando se tose o se estornuda y, en casos necesarios, usar mascarillas. Y sobre todo recabar asistencia médica en cuanto haya síntomas de coronavirus, que son fiebre, fatiga, tos seca y dificultades respiratorias, bastante similares a la gripe.