EDITORIAL
Congreso cancelado
El Mobile World Congress que se celebra en Barcelona está organizado por una entidad privada, GSMA, en la que se agrupan más de una veintena de empresas tecnológicas y está en su derecho de organizar sus eventos dónde y cuándo considere oportuno, pero de la misma forma que genera cuantiosos ingresos cuando se celebra, también puede provocar pérdidas de prestigio, imagen y hasta seguridad si, como hizo ayer, decide aplazar el certamen. En teoría, todo es por el coronavirus y la posibilidad que haya algún contagio por la afluencia de visitantes, pero algunas empresas, una treintena hasta ayer, y los mismos organizadores han tomado su decisión a pesar de que tanto las autoridades sanitarias de la Generalitat como las del gobierno de Madrid garantizaban que no había ningún problema de carácter sanitario para aplazar o cancelar el evento. De hecho, no se ha registrado ningún caso en Catalunya y en otros países europeos como Holanda se han celebrado eventos similares sin ningún problema. La cancelación del Mobile deja en mal lugar la credibilidad de las garantías sanitarias ofrecidas desde Catalunya y España, y obliga a preguntarse si se repetirán cancelaciones en concentraciones masivas como un campeonato de Fórmula 1, de motociclismo o conciertos multitudinarios. Y de momento, los organizadores tendrían que aclarar si lo han suspendido por los problemas sanitarios o por la deserción de empresas participantes que pueden hacer deficitaria la continuidad del evento. Mala noticia y peor explicada.
Alarma difuminada El Consejo de Seguridad Nuclear alertó el martes del extravío de dos aparatos de ingeniería de una empresa radicada en Gardeny que son radiactivos y que al parecer llevaban meses perdidos. Ayer la alerta quedó reducida a la advertencia de que si alguien encuentra los maletines avise al 112 y llama la atención que de la alerta generalizada se pase a una especie de oficina de objetos perdidos, cuando supuestamente estamos hablando de material radiactivo de una empresa ahora inactiva. ¿Quién controla este material? ¿Cómo puede ser que se haya extraviado?