EDITORIAL
Récord de urgencias
El área de Urgencias del hospital Arnau de Vilanova de Lleida sumó el pasado año un total de 100.430 atenciones, todo un récord, ya que nunca se había superado el umbral de los cien mil servicios desde 2014, cuando se empezaron a facilitar datos. A estas considerables cifras hay que sumar los 77.800 atendidos en el Centro de Urgencias de Atención Primaria (CUAP) de Prat de la Riba, que también registró un más que notable aumento del 8,71% en comparación al ejercicio anterior. El departamento de Salud atribuye este crecimiento de actuaciones al paulatino aumento de la población, a una mayor longevidad y, en tercer lugar, a la incidencia de la gripe, que en 2019 tuvo mucha más afectación que, por ejemplo, la de este invierno. Sin embargo, todos somos conscientes de que en demasiadas ocasiones los usuarios de la sanidad pública abusamos de este servicio primordial y acudimos a Urgencias cuando nuestras dolencias, y en muchos casos simples molestias, podrían ser atendidas en los centros de atención primaria y en horarios de servicio. Pero también es cierto que las habituales demoras para fijar una visita empujan a los usuarios a buscar salidas más rápidas para solventar sus problemas. Como en tantos aspectos del día a día, es necesario hacer uso del sentido común y procurar acudir a estos servicios cuando la situación lo requiera, evitando así los colapsos que de forma puntual se vienen produciendo. Si queremos estar bien atendidos, es necesaria la colaboración de todos, desde el personal sanitario hasta los pacientes.
Claroscuros con el coronavirus Según trascendió ayer, el presidente chino, Xi Jinping, dio instrucciones para combatir el coronavirus el 7 de enero, dos semanas antes de que advirtiera a la ciudadanía de los riesgos y emprendiera las primeras medidas públicas. Para los medios oficialistas del gigante asiático, esto sería un ejemplo de buen hacer y de la previsión de su mandatario, pero haciendo otra lectura menos positiva, quizá no se actuó con la suficiente premura, poniendo así en peligro a millones de ciudadanos que, por desconocimiento, no adoptaron medidas preventivas.