SEGRE

Creado:

Actualizado:

Sánchez quería una última prórroga para el estado de alarma de un mes pero la paulatina pérdida de apoyos entre quienes respaldaron su investidura le ha forzado a recabar el apoyo de Ciudadanos, como ya sucedió en la cuarta ampliación, que solo quería quince días. En principio, parece lógico que se amplíe el estado de alarma hasta completar las diversas fases de la desescalada, porque a estas alturas conviene mantener la coordinación en la fase final contra la epidemia para evitar cualquier riesgo de rebrote y tampoco hay una alternativa para mantener la dirección sanitaria, los ERTE y el marco legal diseñado, y habrá que ver si ésta es la última de las prórrogas porque la situación sanitaria parece que empieza a estar controlada con un descenso significativo del número de muertos y de nuevos contagios y también porque los apoyos parlamentarios a esta situación de excepcionalidad han ido menguando hasta convertir en un problema cada negociación parlamentaria para renovarla. El Gobierno mantiene sus negociaciones con el PNV, que ya está pensando en las elecciones vascas convocadas para julio, y con los independentistas catalanes, que exigen el retorno de competencias y la recuperación de la mesa de diálogo pero cuyo apoyo es excluyente con el de Ciudadanos y habrá que ver cómo acaba la negociación. Pero de la misma forma que es necesaria la ampliación de la alarma, también lo es reconfigurarla y aplicar la cogobernanza que había prometido Sánchez. En este sentido, la vicepresidenta Calvo adelantó en el Congreso que esta última fase sería diferente, de forma que Moncloa solo mantendría la coordinación sanitaria mientras que las competencias de mando único que también tenían hasta ahora Interior, Defensa y Transportes se devolverían a las autonomías, que también asumirían el ritmo de la desescalada y el control de las fases. Algo lógico, porque son las que mejor conocen las características de su territorio y de sus habitantes y las que están más encima de la evolución de la epidemia, y también sería razonable que a medida que se acabe la excepcionalidad vayan recuperando las competencias que asumió el gobierno central con el estado de alarma. Lo importante ahora es que se alcancen consensos en las materias fundamentales y que las prisas o los intereses partidistas no estropeen los esfuerzos hechos y se pueda poner punto final a esta pesadilla del coronavirus.

tracking