EDITORIAL
El reparto de fondos autonómicos
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció ayer que el fondo autonómico de 16.000 millones de euros para hacer frente a las consecuencias de la pandemia del coronavirus será aprobado por el Consejo de Ministros el próximo 16 de junio, con un cambio de criterio de última hora que prima el peso poblacional por encima de la incidencia de la Covid-19, que ha indignado a muchas comunidades, con Catalunya a la cabeza. La Generalitat, con el apoyo de la gran mayoría de ciudadanos de esta nación, lleva años reclamando una equidad en la aportación que hace la población a las arcas del estado acorde con los impuestos que pagan. El déficit fiscal y la crisis del 2008, al margen de los errores del gobierno del PP estrangulando cualquier avance lingüístico o político de Catalunya, son uno de los motivos del porqué el independentismo ha pasado de ser una opción minoritaria en la Cámara Catalana a representar a la mayoría parlamentaría de este país. Los recortes en educación y sanidad y el déficit de inversiones del estado en las comarcas catalanas son un agravio endémico que el reparto de fondos autonómicos vuelve a poner sobre la mesa. Catalunya ha colaborado como la que más en estos casi 45 años de democracia al desarrollo económico y social del Estado español y el trato que recibe no es equivalente. Tiene razón el presidente Quim Torra cuando afirma que estos nuevos criterios “asfixian a Catalunya y entorpecen su recuperación”. Sin duda el diálogo con las instituciones españolas es necesario y preceptivo, pero no puede ser que quien más aporta menos reciba.
Lleida, contra el racismo Más de 500 personas salieron ayer a la calle en Lleida para denunciar el racismo policial que causó la muerte de George Floyd en los EEUU y denunciar la política actual de este país, dirigido por un Donald Trump que ha perdido totalmente el control. Unas marchas que denuncian la discriminación sistémica por razones de raza que pervive también en otros muchos puntos del mundo, desde los muertos del Mediterráneo a los microracismos de los que nadie está exento.