EDITORIAL
El sector de la fruta, bajo la lupa
Una pregunta se repite entre representantes de organizaciones agrarias y alcaldes: ¿dónde estaba Competència y por qué no hizo nada años atrás cuando el sector de la fruta denunciaba la presión de la gran distribución para forzar precios por debajo de costes? Y es que la actuación de la Autoritat Catalana de la Competència contra Afrucat ha indignado a agricultores, empresas, organizaciones agrarias, ayuntamientos y Diputación. La sorpresiva intervención de este organismo de la Generalitat se produjo después de que Afrucat presentara ante la prensa las previsiones de cosecha de fruta de hueso catalana para este verano, en las que hizo referencia al encarecimiento de los costes de producción por la Covid-19 y a una esperada subida de precios. En ningún momento se habló de pactar precios. Con una caída de la producción en torno al 30% tras las últimas tormentas de pedrisco, la organización frutícola se limitó a hacer una radiografía del campo leridano, que lleva años soportando pérdidas. Las críticas del territorio no se han hecho esperar. Aspirar a liquidaciones dignas por la fruta en una campaña de poca oferta en el resto de Europa no puede considerarse ilegal. Para el vicepresidente primero de la Diputación, Jordi Latorre, los payeses no han de pedir perdón si un año pueden ganar dinero. Fue una de las muchas voces del territorio que se alzó contra Competència. Que unas declaraciones ante los medios sobre oferta y demanda lleven a actuar de oficio contra el sector de la fruta después de tantos años de inacción contra las distribuidoras no se entiende si no se tira de Marx, no Karl, sino de los hermanos cómicos. Así lo hizo el líder de Asaja, Pere Roqué, para quien esta situación kafkiana es un ejemplo de “incompetencia de la competencia del órgano competente”. Solo así se entiende.
Fronteras abiertas Sin prisa pero sin pausa se recupera la normalidad. Ayer volvieron a verse clientes franceses en Les y Bossòst en el primer día con la frontera abierta tras el estado de alarma. La libre movilidad también se notó en Andorra. Una buena noticia.