EDITORIAL
El primer retroceso
Recién salidos de la alarma y estrenando la supuesta normalidad nos hemos encontrado con el primer retroceso en forma de brotes que han obligado a decretar la vuelta a la fase 2 en tres comarcas vecinas a Lleida: la Litera, el Bajo Cinca y el Cinca Medio, con la recomendación de no entrar ni salir en estas comarcas. Los brotes se han registrado en una empresa hortofrutícola de Zaidín, cuyo cierre se decretó a finales de la semana pasada; entre temporeros de Fraga y alrededores; en alguna fiesta juvenil en Binéfar, y en una reunión familiar en Monzón, y aunque en principio están todos detectados y controlados, es previsible que en los próximos días aumente la curva de contagios en las tres comarcas. Llama la atención que, a diferencia de lo sucedido en los momentos duros de la epidemia, en esta ocasión la mayoría de positivos corresponde a población joven, con síntomas leves y en ocasiones asintomáticos, pero con el peligro que pueden extenderlo a otros sectores de población de más riesgo. Lo sucedido en las tres comarcas aragonesas es un aviso de lo que puede repetirse en tantas otras si se relajan las medidas preventivas y una repetición de los brotes que retrasaron el avance de Lleida en la desescalada con otra fiesta juvenil y contagios en las empresas agrícolas que tienen especial actividad estos días del año.
Y tras este primer fin de semana de normalidad, da la impresión de que hay gente que actúa como si ya no hubiera riesgos, que entre los jóvenes se han celebrado fiestas sin respetar las normas sanitarias recomendadas, y que conviene apelar a la responsabilidad individual y colectiva antes de que tengamos que lamentar más contagios que se traducirán en nuevos retrocesos y que tirarán por la borda los sacrificios hechos durante los cien días de la alarma. Y conviene extremar la prudencia ante las fiestas y verbenas que puedan celebrarse esta noche de Sant Joan y ante el ciclo estival que comenzamos que parece más propenso al relajamiento y la diversión que al seguimiento de las normas. Habrá que compatibilizar el ocio veraniego con las precauciones y acostumbrarnos a las mascarillas aunque haga calor, mantener las distancias y lavarse las manos con frecuencia. De lo contrario nos encontraremos con nuevos retrocesos, más contagios y más epidemia.