EDITORIAL
El virus sigue acechando
Las comarcas de Lleida estamos en el ojo del huracán porque se mantienen ocho brotes del coronavirus activos que, según la consellera de Salut, están controlados, y lo que es peor, siguen aumentando los contagios, de forma que en la última semana, con 325 casos, hemos tenido el doble que en la anterior, en la que se registraron 167 con el pico alcanzado el pasado miércoles con la cifra récord de 128 contagios, que el jueves se redujo a 60. Como los casos pueden seguir aumentando, la conselleria decidió ayer instalar un hospital de campaña junto al Arnau para el triaje y atención de los casos de Covid y no acabar colapsando el centro hospitalario si se mantiene el goteo de infectados. La situación de Lleida es el mejor ejemplo de que la pandemia está lejos de estar controlada, que el virus sigue acechando y que cualquier relajamiento se traduce en más contagios y más hospitalizaciones, de forma que podemos acabar en una situación parecida a la que vivió la Conca d’Òdena al inicio de la pandemia, y al margen de que Salut amplíe los medios de intervención en Lleida, también será imprescindible que la población extreme las precauciones y cumpla todas las medidas sanitarias si no queremos retroceder a fases anteriores, con los consiguientes perjuicios de todo ámbito, o padecer confinamientos parciales. De momento, la consellera ya ha reclamado a su homónima de Aragón que los casos registrados en las comarcas limítrofes de la Franja, que han vuelto a la fase dos, sean atendidos en su hospital de referencia, que es Barbastro, y que no vengan al Arnau, pero también habrá que controlar el movimiento de temporeros o personas sin techo que van y vienen de estas comarcas o se mueven por el Segrià en función del trabajo que encuentren y tienen a Lleida como epicentro, porque son otro de los focos de contagio detectados. Y por último, hay otro bloque de riesgo con los más jóvenes, que han podido relajar sus precauciones, dejar de usar mascarillas o participar en fiestas colectivas porque el aumento de casos llega una semana después de las verbenas de Sant Joan y buena parte de los positivos detectados corresponde a personas jóvenes. Algunos no muestran síntomas o son de carácter leve, pero se convierten en propagadores del virus en los ámbitos que frecuentan y lo transmiten a grupos de riesgo en los que la sintomatología ya es grave. Estamos aún lejos de derrotar el virus y hay que seguir extremando la precaución.