Ahora la Noguera y Barcelona

Como era de temer, la mancha del virus sigue extendiéndose y ayer se anunciaban medidas restrictivas en Barcelona y doce municipios del área metropolitana, en la Noguera y en todo el Segrià por entender que existe una fuerte transmisión comunitaria en palabras de la consellera Vergés. Ya no están los brotes controlados como se decía antes de empezar el confinamiento perimetral del Segrià y se apela a la responsabilidad de los ciudadanos antes de tomar medidas más drásticas con el riesgo, como también advertía la alcaldesa de Barcelona, de que podemos llegar tarde. Lo primero que llama la atención es que con la decisión tomada ayer tenemos dos niveles de restricciones: uno para Lleida y seis municipios con el cierre del comercio, salvo cita previa, y la hostelería salvo servicio a domicilio y confinamiento perimetral y otro para el resto del Segrià, la Noguera, Barcelona y su área metropolitana, donde se restringe el aforo de bares al 50 por ciento manteniendo mesas y terrazas y únicamente se recomienda no salir de la zona. ¿Por qué estas diferencias que añaden confusión cuando lo que han pedido los mismos facultativos son directrices claras, concretas y bien explicadas si hay transmisión comunitaria en las áreas referidas? ¿Se está cumpliendo el confinamiento en Lleida cuando el mismo alcalde reconoce que hay gente que sigue durmiendo en la calle, la carpa para acoger a los sintecho sigue vacía y las personas sin techo que duermen en el pabellón de la Fira siguen deambulando por las calles de la ciudad? El presidente del Colegio de Médicos de Catalunya, Jaume Padrós, explicaba ayer que el confinamiento es la última medida, “es la respuesta de un país pobre” y lo que han hecho otros países es ir a buscar el virus para combatirlo, no esperar que se extienda, algo que exige más rastreadores, más pruebas aleatorias entre población joven que puede ser asintomática pero convive con población de riesgo y una política comunicativa clara. Algo en lo que coinciden la mayoría de epidemiólogos que han reclamado más rastreadores y más pruebas, y luego un aislamiento efectivo, algo que evidentemente es complicado en determinados ámbitos sociales y que necesita medidas complementarias pero que es imprescindible. Puede que nos hayamos relajado aunque la inmensa mayoría de ciudadanos ha cumplido y seguirá cumpliendo las normas, pero también faltan directrices claras.