EDITORIAL
Salud y economía son compatibles
El turismo de proximidad ha dado este mes de agosto en Lleida, especialmente en el Pirineo, un respiro al sector de la hostelería, uno de los más afectados por la crisis provocada por las medidas aplicadas para intentar atajar los contagios de coronavirus. Es una buena noticia tras casi medio año de una pandemia que ha afectado a la gran mayoría de actividades económicas y que llega cuando los positivos han vuelto a repuntar con fuerza en las últimas semanas tanto en Catalunya como en España. Tal como dábamos cuenta en nuestra edición de ayer, unos 400 negocios de servicios y de la industria ya han bajado definitivamente la persiana en Lleida al no poder soportar el descenso de facturación sufrido y, por desgracia, todo apunta a que este número seguirá aumentando. De hecho, los establecimientos hosteleros y las actividades recreativas y culturales todavía están sujetas a restricciones en 45 localidades del Segrià y la Noguera. No dejaremos de destacar que la salud es siempre lo primero, pero a la vez hay que exigir a los distintos gobiernos que articulen mecanismos que permitan compatibilizar su protección con la continuidad de la actividad económica. Un nuevo confinamiento como el que tuvo lugar durante más de dos meses en la primavera sería letal, por lo que es necesario buscar otras alternativas, y por lo visto hasta ahora en otros países del mundo, especialmente Corea del Sur, la capacidad de hacer pruebas PCR de forma masiva, disponer de un sistema de rastreo eficaz para localizar a todos los contactos de los contagiados y la colaboración de la población es clave para lograrlo. En este sentido, está previsto que en las próximas semanas esté plenamente operativa la aplicación para teléfonos móviles Radar Covid, desarrollada por la secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, capaz de detectar y alertar de contactos de personas positivas a menos de dos metros y durante más de 15 minutos. Para que sea útil, es básico que la mayoría de la población la descargue, por lo que también será necesario que comunidades autonómicas y Gobierno central actúen de forma coordinada para impulsar su uso. También habrá que superar los recelos que los ciudadanos puedan tener sobre la privacidad de sus datos, algo sobre lo que el ministerio asegura que la aplicación funciona de tal forma que es imposible identificar al usuario.