EDITORIAL
El triste liderazgo de España
España se ha convertido en el país europeo que ha registrado más casos positivos de la Covid-19 por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, según los datos actualizados el martes por el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades. La tasa de España se eleva a 132,2 casos, frente a los 98,6 de Luxemburgo, los 98,3 de Malta, los 88,5 de Rumanía y los 60,8 de Bélgica, que ocupan el resto de las 5 primeras plazas. La tabla de muertes por 100.000 habitantes de las últimas dos semanas la encabeza Rumanía, con 3,1, seguida de Bulgaria (1,8), Luxemburgo (1), Bélgica (0,8) y España, Italia, Suecia, Polonia y Portugal (0,4). Madrid notificó una de cada tres de las infecciones detectadas el martes, en concreto 704, más del doble que la siguiente comunidad, que es Aragón, con 374, y les sigue el País Vasco con 282. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, pese a que Catalunya ha estabilizado sus índices de rebrote, anuncia nuevas restricciones si no se consigue aplanar la curva, todavía muy alta.
Como ya pidieron un grupo de científicos, lo primer que deberíamos investigar e intentar conocer es por qué, teniendo el conjunto del estado una buena sanidad pública, se sitúa desde el inicio de la pandemia en marzo en los primeros puestos de contagios por habitante. Ya hemos reiterado en decenas de ocasiones las cosas que se hicieron mal al principio, sobre todo la falta de material sanitario y protección (EPI), mala gestión y tardía en las residencias y poco control de la cadena de contagios. Han pasado seis meses y España sigue a la cabeza de personas infectadas, siendo por cierto uno de los países que más restricciones colectivas ha implantado. Es evidente que el balance deberá hacerse cuando se controle la crisis sanitaria, pero sería conveniente que algunos protocolos se revisen de forma inmediata. Una de los aspectos que parece demostrado es que encerrar en casa a la gente no puede ser siempre la solución, y que deben hacerse confinamientos quirúrgicos y sectoriales que permitan controlar la cadena de transmisión sin arruinar varios sectores económicos y culturales. Hay que encontrar la manera de convivir con la Covid, por el bien sanitario, emocional y económico, y enmendar rápidamente lo que individual y colectivamente hemos hecho mal todos.