EDITORIAL
Una crisis de gobierno estéril
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, llevó a cabo ayer una remodelación del Govern que alcanza a tres consellers: Interior, Miquel Buch, la consellera de Empresa, Àngels Chacón, y la consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga. Con estos cambios, el President vuelve a dar muestra de su intención de alejar un eventual adelanto electoral como consecuencia de su posible inhabilitación por parte del Tribunal Supremo por negarse a retirar una pancarta con lazos amarillos y de apoyo a los presos independentistas. Los sustitutos son el exparlamentario europeo Ramon Tremosa, que será el nuevo conseller de Empresa; el abogado Miquel Sàmper, quien será el nuevo conseller de Interior, y la profesora Àngels Ponsa, de Artesa de Segre, que se ocupará de Cultura. Decíamos ya el día del divorcio definitivo del PDeCAT y JxCat que el enfrentamiento en el partido mayoritario en el ejecutivo catalán y la falta de unidad con ERC, por la hoja de ruta a seguir sobre las relaciones con el Estado español, no tienen otra solución que las elecciones y que sean los ciudadanos de Catalunya los que vuelvan a elegir mayorías y minorías. Ahora nos encontraremos ante un nuevo escenario de crisis política por si hay que elegir o no un nuevo President. Y como todo apunta a que ganará el no, el reloj electoral correrá sin timón al frente de la Generalitat hasta el próximo mes de febrero o marzo. No nos parece la mejor solución a los muchos retos y problemas que tenemos a día de hoy, ni la mejor manera de enfocar el futuro.
Padres de niños en cuarentena Las idas y venidas del Gobierno Central sobre si los padres con niños en cuarentena tendrán baja laboral para quedarse en casa para atender a sus hijos es muy poco edificante, y los rifirrafes entre el PSOE y Podemos por esta cuestión dejan en mal lugar la unidad de la entente gubernamental. Primero el presidente del Gobierno dice que habrá ayuda, a las horas la ministra de Hacienda le matiza, y el día siguiente el vicepresidente vuelve a rectificar. Ayer, la ministra de Trabajo vuelve a decir que sí, pero ni concreta ni amplía. Demasiadas incertidumbres.